Bajo la lluvia

Bajo la lluvia

ivan ibarra

13/11/2019

10 minutos han pasado de que por fin me reuní con él, comenzamos a caminar, íbamos platicando de manera muy tímida, el día estaba perfecto, era soleado y cálido, todo estaba a nuestro favor. Llegamos a un parque en el que hay un lago artificial, en el cual hay algunos patos nadando y al fondo hay una cascada que cae directamente al lago. Los trabajadores del lugar estaban haciendo la limpieza del agua y del lugar en general, nosotros caminábamos buscando un lugar en el cual poder sentarnos, quizá de ese modo podríamos relajarnos y platicar de una manera más fluida. Así que fuimos directamente a una banca que estaba debajo de la sombra de un árbol, se veía bastante fresco el sitio y muy agradable.

Comenzamos a platicar más y en seguida, un par de patos se acercaron al mismo lugar, y se quedaron ahí por un rato, parecía que nos hacían compañía. Él y yo hablábamos de muchas cosas y durante ese tiempo, este pasaba muy lento, parecía que el día no acabaría pronto, mientras tanto a mí no me preocupaba nada más, lo que ocurriera fuera de ahí, me tenía completamente sin cuidado.

Se dieron las 16:30 y yo debía de asistir a mi trabajo, ya que debía dar una clase a las 17:00, dicho detalle él lo conocía, y un día antes me había propuesto acompañarme, ya que sería una clase que duraría sólo una hora, así que me dijo que podía esperar, y así, al terminar podríamos salir de nuevo, y así lo hizo, me acompaño a mis deberes, y durante el camino teníamos la oportunidad de seguir conversando, no nos tomó más de 30 minutos el llegar a mi clase, llegamos, entramos a mi salón de clases, mis alumnos ya habían llegado y estaban sentados en su lugar, así que yo saludé y comencé con el plan del día, él se sentó al fondo del salón y se quedó ahí observando lo que pasaba.

Mis alumnos ponían atención y trabajaban con las actividades que preparé. De repente, mi celular sonó pero no le tomé importancia pues estaba ocupado, yen un momento de tranquilidad en la clase, cuando realizábamos una actividad en silencio, tome el celular y revisé la notificación, increíblemente era él, esperaba que fuera cualquier persona más, pero era él, entonces abrí ese mensaje que decía…

  • – Me gusta

Yo respondí…

  • – ¿Qué cosa? Dije intuyendo un poco de lo que podría ser su respuesta, así que esperé pacientemente, hasta que recibí su mensaje…
  • – Usted

Inmediatamente en mi rostro se dibujó una sonrisa, pues yo también sabía que él me gustaba. Cuando la clase acabó, despedí a mis alumnos y nos quedamos solo él y yo, comencé entonces a guardar todas las cosas y pregunté…

  • – ¿Qué sigue ahora?
  • – Vamos por algo para cenar. Dijo él
  • – ¡Sí! Claro

Entonces, como había llovido un poco durante la clase, nos abrigamos para salir. Él en todo momento evitaba pisar los charcos, pues me había dicho que en día anteriores se encontraba enfermo y no quería recaer, el problema era que los charcos eran muy abundantes y en las orillas de las calles corrían corrientes de agua, lo cual dificultaba el cruzarlas sin mojarse un poco los zapatos. Después de unos minutos de caminar, llegamos a un restaurante de comida japonesa, nos sentamos a la mesa que encontramos vacía y esperamos, uno de los meseros se acercó a atendernos y dispuso las cartas en la mesa, se retiró y nos dio tiempo para decidir qué ordenaríamos, y luego de unos minutos regresó y tomo nuestra orden, luego se fue y esperamos a que trajeran la comida a nuestra mesa, mientras todo eso pasaba, comenzamos a hablar, y yo sobre todo estaba muy contento de estar ahí con él, y por lo menos ese día me olvidé de todo lo que tenía que hacer, todos los deberes no tenían importancia, sólo importaba estar ahí y disfrutar de su presencia, de su mirada, de su voz que me gustaba mucho escuchar y sobre todo de sentirlo cerca y saber que yo no le era indiferente, así como él no lo era para mí.

Pasó el tiempo, y luego de que terminamos la cena, vimos que afuera comenzó a llover de nuevo, pero llovía mucho, así que decidimos esperar unos minutos para poder salir, sin embargo, muy pronto esos minutos se volvieron una hora, y comenzamos a estresarnos, pues queríamos seguir con nuestra cita, y estar ahí en ese restaurante por el resto de la noche, no era del todo una opción, y tampoco podíamos salir así, pues no íbamos del todo protegidos contra lluvia, pues pensamos que no volvería a llover. Cuando parecía haber cesado un poco, salimos del lugar, pero unos pasos ya adelantados, la lluvia comenzó a caer de nuevo y parecía que más fuerte que instantes atrás, así que corrimos a buscar un lugar en dónde refugiarnos, encontramos una sombrilla afuera de un local comercial que se encontraba cerrado, hacía mucho frio y comenzamos a temblar, luego de un momento a otro,él comenzó a acercarse a mí, muy lentamente, y cada vez más cerca, hasta que estiro sus brazos y me envolvió en ellos, dándome un tierno y cálido abrazo.

Ahí estaba yo, en ese momento pensé en que no quería soltarlo, pues era algo que me gustó muchísimo, y no había manera de describir la sensación tan bonita que yo estaba experimentando en ese momento, momentos que disfrutaba, que sentía como el frío del ambiente se esfumaba de entre nosotros, para dar paso al calor de ambos, combinado en tan perfecta conjugación entre ambos, que nos llevó a confortar y hacer la noche lluviosa en algo digno de disfrutar.

Etiquetas: gay

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