No es solo que sea guapa, que lo es. De eso no hay duda. Es que tiene algo. Tiene ese algo, que no solo te dan ganas de mirarla, si no, de sentarte con ella en el bar más extraño de la ciudad, para no parar de pedir una cerveza tras otra mientras las palabras fluyen de un lado a otro. No es solo que sea guapa, es que también tiene pensamientos y actitudes que la hacen guapa, porque son tremendamente interesantes. Es esa chica que sonríe mientras debate sobre política y de golpe te saca un tema de actualidad para acabar con una broma tonta sobre la persona que ha pasado a nuestro lado dando brincos un tanto ebrio. Es esa chica que ni se inmuta cuando la miran caminar con pomposidad por mitad de la ciudad. Como si nadie la viera, como si pudiese bailar con su boca cantando las canciones que escucha a un volumen quizás demasiado alto… Pero es que a ella no le importa, no le importa nada que no vibre como ella. Y no es que sea egoísta. Es que está jodidamente loca. Pero, no loca de loca. No que va, loca de libre de hacer lo que realmente le apetece, de decir lo que piensa, de salir a la calle como si fuera su pasarela. ¿Y sabéis lo mejor? Ella no se da cuenta. Desde fuera me doy cuenta que dentro de toda esa alegría y felicidad, hay un pajarito tímido que solo quiere revolotear feliz. Lo que no ve es que su aleteo nos da aire fresco a los demás.

Etiquetas: arte

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