ÚLTIMA PARADA

ÚLTIMA PARADA

Anmardi

16/10/2019

ÚLTIMA PARADA

Hace tanto que tomé este tren, que me cuesta recordar el tiempo que perdí esperando en el andén. Cada estación en la que he parado, tengo la sensación de haber perdido demasiado tiempo, de otros caminos haber malogrado. Al final, uno piensa qué es lo que ha logrado. Ese uno, no soy yo. Jamás tuve la intención de amasar ninguna fortuna, nací en una muy humilde cuna y, lo que sí siempre he procurado, ha sido vivir, respirar cada momento de vida y guardar la experiencia adquirida. No sé si de mucho me ha servido, pero hoy día, hago lo que realmente me gusta, escribir y disfrutar la naturaleza, ya os digo. Tengo la mayor de las fortunas, mi libertad y todo el tiempo del mundo. Me inspiro en lo que creo más profundo, respeto a quienes lo merecen, y procuro esquivar a quienes de sus vanidades se crecen. En esta estación en la que hace tiempo me bajé, creo que por lo que me aporta, en ella me quedaré. Olvidé aquellos tiempos de tanto estrés, en los que trabajaba como un capullo, por error, a veces, engordaba mi orgullo, y al final, ¿para qué servía todo aquello? Para darme cuenta de quienes son realmente mis amigos, aunque solo sea un simple plebeyo. Dejé demasiadas amistades ficticias, pues no estaba dispuesto ni en disposición de abonar sus exigentes franquicias. Algo de lo que realmente me alegro, pues no hay nada más triste, que creerte rodeado de amigos, y al final darte cuenta, que mejor sería abrazar a tus enemigos. Estos, por lo menos, nunca utilizaron la hipocresía, venian de cara tanto de noche, como de día. Por suerte, enemigos, que yo sepa, he tenido muy pocos. Algunas personillas de esas que todo lo envidian, y algún pariente político, que por no gustarles mi comportamiento, quizá equívoco, han podido sentirse ofendidos hace mil años, en el paleolítico.

Angel Márquez Díaz

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