¿QUÉ IMPORTA SI LO CREEIS?

¿QUÉ IMPORTA SI LO CREEIS?

En las noches de luna llena, viene a visitarme una hermosa sirena. Duerme entre mis brazos acurrucada, y su aliento impregna toda la almohada. Su mirada es intensa, su dulzura, inmensa. Cuando llega la hora de dormir, me canta al oído, me susurra y me hace reír. Sus besos son incandescentes, resucitan todos mis sentidos, y cuando yo, te quiero, le digo, ella no es de esas que se miran al ombligo. Todos sus encantos son innumerables, el mayor de ellos, una belleza incomparable. Me hace tan feliz, que no echo en falta nada. ¿Qué importa que no tenga piernas? ¿Qué más da que solo posea una hermosa cola? Soy tan feliz tumbado junto a ella, tirado a la bartola, que no echo en falta ni lo que hay entre las piernas, ni a esas mujeres, que solo en algunos momentos, son igual de tiernas. Mi sirena es dulce en todo momento, tanto si estamos hablando, o mirando juntos al firmamento. Por desgracia, cuando la luna va desapareciendo, ella, mi dulce niña, tras la luz del nuevo día, se va desvaneciendo. Aunque no puedo negar que en esos momentos la tristeza me invade, hay una nueva alegría que se va creando, y cuando vuelve la luna llena, con enorme rebrote sale. ¡Oh hermanos, que a veces jurais en hebreo! es mejor una noche de amor sincero al mes, que una vida entera de reproches. ¿Es, o no es?

Angel Márquez Díaz