MANSO COMO UN LEÓN

MANSO COMO UN LEÓN

El aroma de tus cabellos, envuelve todos mis sentidos y a cual lucero más bello, pienso y ni se lo que digo, por ser tal la embriaguez que padezco, que de mi propia alma me compadezco, pues a tu lado sé que estoy perdido.

Perdido, y ni yo mismo me encuentro, al ser tu olor por mí percibido, mi corazón sufre un secuestro y mi mente el estruendo de tu enorme rugido.

Rugido de tus sentimientos, en cada uno y en todos nuestros momentos, tenemos los mismos presentimientos, sabemos que nuestras vidas estarán unidas en infinidad de acontecimientos.

Acontecimientos que nos quedan por vivir, pensando que cada uno de ellos, nos hará gozar, que no sufrir. Pues sí estando juntos sufrieramos, más valdría que inmersos en nuestras vidas nos hundieramos, cayendo hasta el más profundo hondo sin poder resurgir de aquellos inmensos fondos.

Fondos que forman tu corazón y mi alma, unidos obtendrán la mayor y más profunda calma. Tu cabeza reposará en mi pecho, y en brazos te llevaré hasta nuestro humilde lecho, donde nuestras miradas unidas, recordarán aquella nuestra partida, hacia el rincón del amor, para siempre jamás desterrar nuestro dolor.

Angel Márquez Díaz