Un amor sobrenatural

Un amor sobrenatural

Katty

08/07/2019

SINOPSIS

Estudié en una escuela moderna, a la que aún considero una caterva. Siempre estuve rodeada de divas mujercitas y rebeldes estudiantes. Los odiaba puesto a que me consideraban inexistente. Nadie volteaba a verme o eso creía yo.

Desde muy pequeña mis padres se empeñaron a que debía, no sólo ser una alumna decente, sino que solo debería enamorarme de mis tantos libros, de las asignaturas que llevaba cada día y de siempre dejar en alto nuestro apellido.

No me era dable conseguir amigos, en realidad eso no me importaba, me era suficiente con sonreír, saludar a cada maestro de materia y ser correspondida; obteniendo las mejores calificaciones y hacer feliz a ésos dos seres que me trajeron al mundo, mis padres; Oilme y Ayram.

Yo no era tímida, quizá sólo me ocultaba en mi propio mundo liberando siempre mi imaginación y ocultando mi conciencia, suponía que para la mayoría de mis compañeros lo era, y bien, con mi personalidad conseguí a que me calificaran como una estudiante tímida y fútil. No hablaba con casi nadie porque simplemente no quería hacerlo, a menos que para las exposiciones verbales y para un compañero de nombre Kire; agraciado, juvenil y varonil que se empeñaba por llamar mi atención.

Desde siempre pensaba y creía que los humanos luego de la niñez se convertían en esclavos de la superficialidad; traicionando su verdadera libertad emocional, tratando de fingir o esperar similitud del quien esté a su lado. Suponía que actuaban de una forma orate, y bien, hasta ahora pienso y confirmo eso. ¡¡ Total!!;- “todos somos humanos, pocos honestos y muchos deshonestos; porque irse a la deriva es gratis para el mundo que gira sin rumbo”-Solía recalcarme para mis adentros.

Pronto terminé la secundaria, cómo a la vez; iniciaba intentar superar la muerte de mi madre. Luego de ello mi padre decidió que deberíamos mudarnos al pueblo natal de mi madre; sospechaba que él quería ser esclavo de los recuerdos. Aquel lugar llamado “Campo Hifu” donde fue el inicio de su romance, dónde casi siempre el cielo es oculto por nubes grisáceas, donde viven mis abuelos con rasgos asiáticos y un onagro salvaje de la estepa asiática; onerosa y pesada, que sólo sirve de mascota.

Yo no estaba segura si estaba feliz, aunque así parecía. Dejar mi ciudad llamada “Ciudad negra”, donde me crié y pensé que ahí iba a morir y, sentir el rechazo de mi padre hacia conmigo, penetró mi alma con tanta intensidad que me hizo sentir vulnerable. Si bien, se olvidó que tenía una hija y fue ahí, donde me hizo sentir la soledad, pero sin más, mi corazón estaba sonriendo como si sabría lo que pronto pasaría.

Muchas veces después de la muerte de mi madre, sentía que mi vida estaba totalmente estropeada; soportar el olor a pesadumbre que desbordaba mi padre, cambiar de ciudad, vivir en un clima ahumado con vientos locamente salvajes…; que con donaire daban de látigos a pieles desnudas, olvidar mi antigua habitación a por una estancia de cuatro paredes con oscuros colores y una tenue luz que débilmente brotaba luminosidad, y asistir a mi nueva universidad, Campo Hifu, mi nuevo mundo, donde temía ahogarme con extraños. Éste último me trajo eternas consecuencias de las cuales yo no esperaba; no esperaba que llegara Él, no esperaba que nuestras vidas se entrelazaran con tanta intensidad. Y mucho menos no esperaba estar preparada para conocer su sobre-naturalidad actitud.

Muy pronto nuestras miradas se encontraron, desde mi primer día en la universidad. Era muy diferente al resto, podía ver a través de sus ojos su alma vacía y totalmente fría. No había punto de comparación con su apariencia exterior…

Me confundía cada día más, ésas orejas puntiagudas y ése cabello castaño lleno de risos alocados que sobresaltaban de un lado a otro por cada movimiento que hacía, ésos ojos fascinantes y apoteósicos que seducían a más de una mujer, -todas las estudiantes- mi subconsciente me susurraba. –Incluida, yo- Lo aclaraba, ésos labios gruesos y teñidos de un color carmín que aun siendo mordidos tantas veces por su propio dueño se mantenían atractivos y, su perfecta pálida piel… La mismísima luna puede ser testigo de su existencia en éste mundo, de su impredecible personalidad y de tanta belleza, y de cómo pronto pasé a sentir el fuerte calor de aquel fogoso roce de su piel y la desesperada agitación que atizaban las paredes de mi corazón.

Aquellas imaginaciones poco prudentes que creaba de niña hasta adolescente; con el servicio de libros filosóficos de contenido fantasioso e irreal, aquellos libros que tomaba de la biblioteca y aquellas investigaciones que empezó con; “unas simples tareas de Filosofía en la escuela”, pues ése misterio que había perdido hace años se me fue revelado, y pasó de ser obligación a interés, no obstante,porque Loswart fue el sonido que me despertó y no un excelso microscopio cuántico que me permita fulminar otro planeta, sino, su existencia fue suficiente para creer sin dudas; que los mundos paralelos existen interactuándose entre sí. Llegó de un mundo paralelo y terrorífico; con un corazón desnudo que dormía entre soledades…

Estoy totalmente segura que Loswart apareció en mi mundo, y yo en su vida, para frenar nuestra soledad con una eterna compañía, quizá con sufrimientos y caos, pero con una sensación preciosa de amarnos.

Toda mi vida cambió en lo absoluto y no me arrepiento de ello.

CAPITULO 1

Mudanza

Ya es de noche, estoy sentada detrás del volante de mi padre, con las ventanillas abiertas, horas atrás cruzamos una muralla almenada, al igual que pocas casas grises de ventanas transparentes y techumbre plana, si bien, ahora las pistas estropeadas van en dirección al norte, al oeste se observa “el bosque muerto” del que tanto hablaba mi padre, mientras al este; robustos árboles gozan de la naturaleza húmeda y nublosa, y supongo que de vez en cuando éstos se convierten en cientos de pequeñas casitas para pájaros carpinteros como para, muchas otras aves migratorias que viajan sólo por el verano. Mientras tanto mis angustias alborotadas deterioran mi interior presenciándome que estamos cerca del pequeño “Campo Hifu”. Mi próximo mundo.
Las nubes yacen esponjosas, abultadas de líquidos, al borde de llovernos, se siente como el viento actúa agresivo y donde ésta naturaleza se siente superior a nosotros, a muchos kilómetros una tenue luz directamente a mis ojos llaman mi atención y, al instante enarco mis cejas… -“¡¿Qué… qué hace una luz en medio de ése bosque?!”- me pregunto para mis adentros mientras me quedo atónita para luego actuar con estupor. Intento apaciguar mi asombro, me asomo más de lo suficiente por la ventanilla del coche. Miro aquella luz durante unos segundos y tengo la impresión de que alguien está ahí, en aquel bosque perdido para los humanos, pues mi padre dice que nadie se arriesga a pisarlo. Nadie.

-¡Padre, padre!-Empreño interrumpiendo su absoluta concentración, mientras inquietamente me acerco a su asiento.
-Estoy manejando Shirak- Apenas responde sin fuerzas con un tono agudo y resignado, pero eso conlleva a que yo sienta una presión de dolor en mi pecho. Decido descartar cualquier palabra que emitan mis labios y decido estar en silencio. No quiero fastidiarlo.
Observo a mi padre, que se empeña por conducir y, al instante me froto los ojos con mis manos congeladas para aclarar mi visión. “¿Cómo es que una lucecilla?” nuevamente me pierdo en confusión cuando éste va alejándose lentamente detrás de altaneros árboles para luego desaparecer. Pronto una hoja descolorida se asoma por una de las ventanillas abiertas, llega como si fuese a morir, tambaleándose de a pocos,para luego caer bajo los forrados asientos y, dormir en oscuridad. Emito una sonrisa desganada observando lo sucedido y caigo en la cuenta que debo imitarla; caer y dormir. Me recuesto con la mira directamente arriba y en cuestión de minutos caigo en sueños…

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