Dejé tirados los ojos contra
alguna cosa que respondía
la constante pregunta
con que miran,
contra algo que ya no supe
y perdí los puertos de espera,
la piel me fue ciega
y los barcos que llamaban
en mis puertos de llegada,
no fueron sino sospechados
y pensé tal vez
en un quizás silencio
para todos los sentidos,
sin saber si era un solo,
o un muerto que no percibía
las voces del cuerpo

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS