Te arrodillo las abejas

Algunas veces de silencio
desde un vértice de campana te me alcanzas.
como la evocación que crece de las cartas
de los rostros de los cuadros,
de las lápidas
El mundo queda entonces
ojos y piel afuera (un campanario ausente)
mientras te arrodillo las abejas en el alma
No puedo evitarte con ventanas ciegas
eres desde adentro la mañana.
¿Cómo negarte mis altares?
negar mi propia fe
y el himno que a tu imagen se me inflama?
Pasa
toma mis telares y canta
Acércale mi voz a tu silencio
y aleja las fieras de la noche
con un lanzazo de grito en mi garganta.

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