MORTALMENTE VIVO

Es de nuevo la hora de mis manos

solas como alas en un continente olvidado

es de nuevo la hora de mis horas

como un viento herido por ruinas y restos de

batalla

Es de nuevo la tristeza esa de ser y de morir

de amar mortalmente vivo, de reír al galope

con la lengua en llamarada

goteando pájaros y arreciando muerte

escupiendo ventanas

y leyendo epitafios con los dedos

Es ésa la hora

la de no haber sido eterno

la hora de que dios nunca haya sido posible

hora de palomas que se suicidan

hora de música precipitándose por

una cornisa con un ramo de olvido

entre los dientes

pero yo absurdamente crepitante

entre el carbón que huye

río como un molino

porque estoy enamorado

y seré más allá de todas las derrotas

para envenenar con una lámpara

el telar tenebroso del silencio.

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