ABREVÉMONOS DE BESOS

Con manos clamorosas te busqué

como un ciego

como un gusano clandestino por el

cieno

recorrí cada poro suburbano del te-

rreno,

con lámparas de lluvia exploré cada

hormiguero,

Luego fue la desesperación identifi-

cando el veneno

El otoño me exilió a vivir en

sueños

Y vino la resignación del ciego que sabe

su destierro:

(Yo quería pintar el alba sin conocer los

colores del cielo)

Me eché entonces a dormir en un vino

amargo y lento.

Y ahora algo me sacude, me llama y

me despierto,

es la madrugada, la reconozco, la

estoy viendo.

Esto que siento está fuera pero ya estaba

adentro

no nos enamoramos, nos identificamos

nada más con vernos

nos reconocimos, el amor ya lo traíamos

de lejos

lo traíamos puesto como a un milagro o a un

instinto profético.

Qué me importan ya los dientes del

desierto

La sequía asediante la implacabilidad

del tiempo,

Dame tu mano de escudo abrevémonos

de besos

Entre arenas y cenizas siento que somos

eternos.

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