A MI QUERIDÍSIMA PRIMA PURI
Tu saludo es el amanecer
Tus palabras, mi aliento
Si estoy marchito, me haces florecer
Si estoy triste, eliminas mi abatimiento
La luz de la Luna, es tu reflejo
El brillo del Sol, el fuego de tu mirada
Tu dulce sonrisa, me deja perplejo
Tus vivaces ojos, comparables a nada.
Toda familia, tiene sus penas y tristezas arrastradas.
Tú eres la mayor alegría, de esta nuestra familia
amada.
Siempre estás ahí, dispuesta y con una sonrisa en tu linda cara.
Nunca dices no, aunque por dentro estés sin fuerzas, como si de un Ángel se tratara.
Una vez amaste, y… amaste tanto, que aunque tu amado hace años marchara, tu sentimiento sigue intacto, tus lágrimas, por él, aún desbordan en tu mirada.
Ángel Márquez Díaz
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