Hubo un tiempo donde fumaba para soportar la lluvia,

ahora solo fumo para contenerla.

El humo auxilia aquellas noches donde el vaho se rinde ante la bruma,

aquellas noches donde el polvo se pregunta por la brisa

y las palomas se transforman en hienas.

        

Escupo el humo hacia la luna como un grito que carga tu nombre

esperando que lleve mi voz a tu alcance

y te brote algún recuerdo que te haga suspirar a la estrella

y veas en su luz mis caricias, mis penas.

Tal vez llores y pienses en mí esta noche

o te enojes por lo que pudo haber sido

si no fuese yo el culpable de tu tristeza.

         

Camino bajo el reflejo cadavérico del sol

mientras ignoro los murmullos de las calles.

La acera pregunta por ti, dice que extraña tu sonrisa

y callo por vergüenza de mi error,

callo porque duele nombrarte,

callo porque no estás en mi vida.

Etiquetas: poema poesía

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS