A menudo, sos la persona que más retrato.
Tu mirada —perdida y pacífica—
se posa, sin querer, en cada una de mis obras.
También estás en mis escritos;
aunque tu nombre no aparezca,
tu existencia y lo que provocás en mí
se reflejan en cada palabra que dejo en el papel.
Sos mi estro:
en vos encuentran forma mis trazos
y mis líneas.
Todo lo que he creado
es desahogo, es consuelo;
la manera más dulce que hallé
de hablarte en la ausencia.
Exaltación de la Cruz, 2025.
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