Sentarme en la vereda,
apuntar al sol con los ojos cerrados,
recibir la caricia de los rayos,
Comer mandarinas al sol y
Jugar a la payana con sus cáscaras,
usar la imaginación como puente.
Subir a un árbol y ver una selva,
arrojarme del árbol y volar,
pisar un potrero y en su irregularidad
ver el más grandioso estadio.
Transportarme donde quiera
en la piel que sea.
Jugar en zapatos descalzados abandonados,
en ropas ajenas con vergüenzas propias.
Mutar y pausar para reconocer que
los lugares y el tiempo están dentro de mí,
la máquina del tiempo soy.
Cierro los ojos y despego,
cierro los ojos y juego,
me veo hasta con los ojos cerrados,
cierro los ojos y te veo.
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