Es tiempo. Es tiempo de expandirme. Es tiempo de dejar de callar hasta morir por dentro.
Por demasiado tiempo me contuve para no incomodar:
con mi lucidez,
con mi tristeza,
con mi voz crítica,
con mi profundidad.
Soy una voz potente, emocional, sensible, lúcida, bella, crítica.
Ya no quiero esconderme. Ya no quiero forzarme a entrar en moldes donde no quepo. Llevo un volcán dentro. Y lo voy a dejar arder.
No busco elevar mi ego, busco cumplir mi misión: conocer, explorar, compartir, comunicar.
El silencio me contuvo, pero ya me cansé de vivir en él. Si eso significa dejar lo conocido, lo haré. No por huir, sino porque sé que ese lugar ya es pequeño para mis sueños.
No dejaré que las sombras del pasado eclipsen lo que viene para mí. Mi energía es valiosa. No la entregaré a distracciones que no estén a mi altura.
Ahora soy más madura, más centrada, más consciente. No busco que nadie me dé nada. Busco construir mundos posibles, bellos, auténticos, mejores.
Por años fui:
Moni la callada,
Moni la rara,
Moni la triste,
Moni la enojada,
Moni la adicta.
Pero Moni siempre fue más. Mucho más. Ya no voy a elegir versiones pequeñas de mí.
A partir de ahora:
Moni creativa saldrá.
Moni constructora de mundos.
Moni traductora.
Moni escritora.
Moni sabia.
Moni inspiradora.
Moni transformadora.
No nace una nueva yo. Sale a la luz la que se construyó en silencio durante años. Dejarla salir no es un capricho. Es un deber con todo el universo que llevo dentro.
Ya no hay silencio que me contenga. El volcán ha despertado. Y voy a incendiar el mundo con mi voz.
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