A través de la luz de la luna,
mi alma se eleva con inmensidad;
para llegar hasta ti,
tu cuerpo ferviente se asoma en la alcoba,
tan bella y tan sola, inundas mi realidad.
En tu castillo en forma de corazón,
soy un plebeyo, el cual no puede pasar;
y sueño en las noches, en forma de oro,
que a tu amor algún día quiero llegar.
Miles de aves se elevan en árboles,
trayéndote oro, prendas y muchos sabores;
y yo que grito a lo lejos,
esperando que me puedas escuchar.
Escalo y caigo,
me levanto de nuevo,
con esperanza perdida;
pero al vislumbrar su rostro,
me vuelvo a encantar.
Permíteme la dicha de entrar,
de besarte y tocarte,
hasta darte mis noches enteras;
que mis ilusiones sean verdaderas,
y finalmente este cuento se vuelva una realidad.
Aquellas aves o galanes pueden darte lo que tú pidas;
yo quiero darte la felicidad que no conoces,
así pienses que el amor no es una realidad,
déjame besarte y te haré saber existe en verdad.
Solo pido al tiempo en tu alcoba,
que se haga eterno solo un momento,
para poder apreciarte y encantarme
con lo que yo siento.
Mi vida es sencilla vivir,
pero difícil es vivir como vivimos;
entonces demuestra que tú me amas,
y viviremos felices unidos.
Me enseñaste lo que se siente
al amar de verdad,
y es que cuando duermo,
quiero despertar, solo para verte otra vez.
Así sea en esa alcoba,
no me importa,
porque sé que algún día
a tu amor llegaré.
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