Bajo El Cerezo Parte 7

Al día siguiente, Ren llegó a la escuela como cualquier otro día. Aunque lo
que había pasado con Mika le había dolido, poco a poco lo iba superando. Ya no
sentía ese peso en el pecho cada vez que pensaba en ella. Aún quedaban
cicatrices, pero estaba dispuesto a seguir adelante.

Al entrar al aula, notó un murmullo entre sus compañeros. Una nueva
estudiante estaba de pie junto al profesor, presentándose ante la clase.

—Buenos días, chicos. Tenemos una nueva compañera —anunció el profesor—.
Preséntate, por favor.

La chica dio un paso al frente y sonrió con confianza.

—Hola, me llamo Ayaka. Es un placer conocerlos. Espero que nos llevemos
bien.

Ren no pudo evitar mirarla. Había algo en su presencia que lo atrapó de
inmediato. Era encantadora, con una sonrisa amable y una voz suave. Apenas sus
miradas se cruzaron, Ayaka le dedicó una expresión cálida y, para sorpresa de
Ren, se dirigió hacia él.

—Puedes sentarte junto a Ren —dijo el profesor, señalando el asiento vacío a
su lado.

Ren sintió un leve escalofrío de nerviosismo mientras Ayaka se sentaba junto
a él. Apenas pasó un minuto y ya notaba su mirada fija en él. No era incómoda,
pero sí intensa, como si estuviera analizándolo.

—Hola, Ren —le dijo con educación—. Espero que podamos ser buenos amigos.

Ren tragó saliva y asintió, sin saber muy bien qué responder.

—Sí… claro —murmuró.

Ayaka sonrió, como si la respuesta le hubiera gustado. Durante toda la
clase, de vez en cuando, lo miraba de reojo, y Ren no podía evitar sentirse un
poco inquieto.

Cuando sonó el timbre del recreo, Ayaka se levantó rápidamente y se acercó a
él.

—Ren, ¿te gustaría acompañarme? No conozco a nadie todavía, y me gustaría
tener un amigo en mi primer día.

Ren, aún sorprendido por lo directa que era, asintió.

—Está bien, vamos.

Ambos salieron juntos del aula, conversando de manera tranquila. Ayaka se
mostraba amigable, preguntándole cosas sobre la escuela y sus intereses. Ren se
sintió cómodo hablando con ella, aunque en el fondo no podía evitar preguntarse
por qué le prestaba tanta atención.

Mientras tanto, Mika había estado esperando ansiosamente el recreo para
encontrar a Ren. Apenas sonó el timbre, corrió hacia su aula, decidida a hablar
con él y explicarle lo que había pasado. Sin embargo, al asomarse por la
puerta, lo vio saliendo… con otra chica.

El estómago de Mika se encogió. Observó cómo Ren y la desconocida caminaban
juntos, charlando y sonriendo. Sintió un pinchazo en el pecho… celos.

¿Quién era ella? ¿Por qué estaba tan cerca de Ren?

Mika apretó los puños. No podía soportar la idea de que alguien más ocupara
su lugar. Pero más que eso… tenía miedo. ¿Y si Ren ya no quería escucharla? ¿Y
si ya la había reemplazado?

Sin pensarlo demasiado, decidió seguirlos. No iba a perder a Ren sin luchar.