Quería someter

a las serpientes dormidas

Olvidar la estampida de cebras

que me salvajea la carne.

Los ojos clavados como agujas

en los flamencos engreídos de tu cuello

Una noche mis propios pájaros

me habían asesinado

Desde entonces me cuelgan

endiablados

elefantes de las pestañas

Etiquetas: biosis llanto poema vivir

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