Ese “perro amarillo” apareció de la nada, tumbándose a mi lado en la arena de la playa. Yo, pasmado, me quedé inmóvil sin reaccionar. Solo atiné a mirarle, él ni siquiera me miró, se acostó cerca de mis pies descalzos.

Interrumpí mi momento de relajo y reflexión existencial, sumergido en aquellas aguas lejanas del horizonte, dejé de contemplar el mar divino y su fuerte oleaje que a esa hora se mostraba, para centrarme en hallar alguna ‘explicación lógica’ a aquella situación, que para mí no la tenía. Un perro cualquiera y desconocido, sin advertirlo, repentinamente yace acostado a mis pies.

Luego de observarle rigurosamente, logré darme cuenta de algunos rasgos y características que, “de buenas a primeras”, pocos notarán o a cualquiera le parecerá irrelevante en un can callejero, y más si es un “perro amarillo” como este (no se me ocurre cómo llamarle u otro nombre que no sea por su apariencia y color, además, porque así lo es más descriptivo).

Casi al instante de recostarse a mi lado, el “perro amarillo” cerró los ojos y pareció dormirse plácidamente, como si este lugar en la arena fuese su habitual “cama”. Pero, a los segundos después, noté cómo su cuerpo aparentemente dormido vibraba por su respiración agitada, y lo que más me llamó la atención fue su constante temblor en casi todas sus patas, como si estuviera soñando o viviera una pesadilla de acción.

Por otra parte, tendido allí se veía bastante “flaco” de sus costillas, aunque el resto de su cuerpo no lo parecía y aparentaba ser un animal robusto. Era un “todo terreno”, mezcla de “Labrador” con “Firulais”, o sea, un emblemático “Quiltro Chileno” (“Fox Terrier Chilensis”, producto legado de las primeras cruzas prehispánicas con razas europeas).

Sus pezuñas estaban bastante gastadas y algunas quebradas; sus bigotes blanquecinos develaban cierta edad avanzada y su pelaje amarillo desteñido, lo corroboraba y denotaban, en él, el imperdonable paso del tiempo viviendo a la intemperie y expuesto a la realidad callejera. La “planta” de sus patas dejaban entrever la dureza de su camino recorrido y una dura vida, que, sin duda, habría enfrentado hasta este momento.

Mientras intentaba describirle con mayor precisión, indagando cada detalle, de pronto, al oír voces a lo lejos, y conservada su buena audición, levantó su cabeza de golpe, alzó medio cuerpo aún recostado, miró a ambos lados, y una vez confirmada sus aparentes sospechas de gente rondando alrededor, se levantó lentamente y sin dirigirme siquiera una mirada, como si yo no existiera ni estuviera allí, bajo esa sombra junto a él, refugiado del sol que se asomaba amenazante a esa hora de la mañana; así, sin más, salió caminando con una notoria cojera hacia la playa como si le llamaran, quizás, esperando a que otras personas se le acercaran, o tal vez, deseando reencontrarse con sus amos, que me imagino, le perdieron un día, le olvidaron después, o quien sabe, le abandonaron para siempre…

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*(Origen del “Quiltro”: la palabra quiltro pertenece al mapudungún (lenguaje del Pueblo Mapuche, originarios del sur de Chile y la Patagonia argentina), y significa “perro”. De hecho, se dice que el origen de esta noble raza callejera viene precisamente de la cruza entre perros que existían aquí en la época prehispánica y dos especies venidas de Europa: los “bodegueros andaluces” y los “Fox Terrier” de pelo liso.

Fue a partir del Fox Terrier chileno, el cual se empezó a cruzar en épocas posteriores con otros perros, que nació el emblemático quiltro chileno. Como todos sabemos el quiltro, por lo general, no es de tamaño pequeño ni de un color definido, sino que puede ser de cualquier color y tamaño. Esto se debe a que usualmente los quiltros son la mezcla con el perro de raza que está de moda.

Antiguamente tenían rasgos de Poodle o Pekinés, lo que se ve más hoy en día son quiltros más robustos y fuertes, producto de su mestizaje con perros vagabundos de raza como Pitbull o Rottweiller.

Pese a su origen de mezcla de razas, suelen tener algunas características físicas claras. De tamaño mediano, con un pelaje que varía de color y bajo peso óseo, presentan muchos de ellos una cruza o un antecesor pastor alemán)

*(Fuente: https://www.fanaticosdelasmascotas.cl/blog/patrimonio-nacional-el-quiltro-chileno/)

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