¡Qué compleja es la guerra!

Desde que se produjo la invasión de Rusia en Ucrania, he empezado a tener más curiosidad acerca de las guerras y de todo lo que hay alrededor de las mismas. Toda esa curiosidad empezó, para mí, a finales de 2021, cuando las amenazas de invasión de Rusia sobre Ucrania ya eran muy claras y se empezaba a hablar, de una forma más asidua, de aquel conflicto llamado Euromaidán que a finales de 2013 estalló como consecuencia de que el presidente ucraniano pretendía acercar a Ucrania a Rusia y alejarla de Europa.

Miles de personas salieron a las calles a manifestarse en contra del presidente y de sus decisiones. Como consecuencia, el propio presidente huyó a Rusia, y esta «tomó» parte del territorio de Ucrania, Crimea, estallando así una «guerra civil» en esa parte del país. Las manifestaciones del 2014 trajeron alrededor de 90 muertos entre manifestantes y policías, y el conflicto armado desde el propio 2014 hasta el comienzo de la invasión fue alrededor de 14,000 muertos. Lo que nos da una media de 5 muertos al día.

Como decía Napoleón, para ganar una guerra hacen falta tres cosas: dinero, dinero y dinero. Y de dónde salió el dinero para organizar, en uno de los países más pobres y corruptos de Europa, las revueltas y mantener el conflicto con Rusia durante todos estos años, pues de EE. UU. a través del señor Obama (premio Nobel de la paz). Lo que nos deja ver que para que haya conflicto es necesario que alguien aporte dinero, sea quien sea. Más adelante, a través de divulgadores venezolanos, me enteré de que trataron de hacer lo mismo en Venezuela, pero el dinero «se lo robaron» los que se supone que iban a perpetrar el golpe y en nada se quedó. Hasta dan ganas de reír.

Junto con el tema del gasto invertido en una guerra viene la necesidad de rentabilizar la inversión. No podría ser de otra manera. Los grandes lobbies americanos, antes de que todo comenzara, ya estaban trabajando en Ucrania. Altos cargos de los Estados Unidos ya tenían contactos con las grandes empresas ucranianas, e incluso un hijo del presidente Biden estaba metido en todo tipo de corrupciones y además se demostró que era corrupto. No fue a la cárcel a pesar de ser condenado porque su padre le dio un indulto y quedó libre268. Esto sí que deja claro que la justicia no es igual para todos.

A través de canales de YouTube como Negocios TV, Liu Sivaya, Canal Conocimiento Militar o Miguel Ruiz Calvo o en Telegram a través de Víctor Ternovsky y Geoestrategia.eu, entre otros, he ido conociendo los entresijos de los conflictos bélicos. Desde las partidas de dinero que necesitan ser aprobadas por los gobiernos y que se envían para comprar armas (o ya les mandan solo el cargamento) hasta la capacidad de las fábricas para producir esas municiones o armamento para enviar al frente. Es curioso que si las fábricas de un lado o del otro no producen lo suficiente su bando pierde.

Tema muy interesante es que la guerra de Ucrania es el escenario perfecto para probar armamento nuevo. Se envían pocas unidades muy específicas y se entrena a los soldados que las van a utilizar. En función de los resultados se hacen mejoras o no. En este conflicto en particular los drones han destacado como el arma más novedosa. Aunque se hayan usado aviones no tripulados en otros conflictos, en éste, esa máquina ha pasado a formar parte, como otra cualquiera, del diario de casi todos los frentes de batalla811. No hay que olvidar que las redes de internet son otro vehículo de batalla, con la anécdota de que varios oficiales ucranianos habían sido localizados a través de sus teléfonos móviles.

Otro punto importante es quién va al frente, ya que el número de soldados profesionales no da para tanto conflicto tras dos años. Pues bien, EE. UU. aseguró que lucharían hasta el último ucraniano, y así lo están haciendo. Los rusos no parece que tengan problema en obtener voluntarios o en llamar a filas a sus ciudadanos, en cambio Kiev se ve en una escasez que va desde pedir que los países en donde estén sus ciudadanos los hagan volver o directamente ir a buscarlos por las calles.

Porque, ¿qué hace que una persona se aliste para ir a la guerra? ¿Por qué se va a arriesgar a no volver o a volver mucho peor de lo que fue? Hoy en día se sabe de sobra, o en gran medida, que las guerras son por intereses económicos de las élites y que van las clases bajas y medias para favorecer a las altas. Pues será por un patriotismo muy enraizado, que paguen bien y que no te importe correr ese riesgo. En España hubo un conflicto en el Sáhara Occidental por el control de yacimientos de fosfatos, lo que hizo que su explotación trajera dinero al país. Pero, ¿qué beneficio sacaron los más de cien muertos y heridos del conflicto? Probablemente la honra y nada más.

Volviendo a la guerra, se me pasaba un detalle de lo más importante, que es que en una guerra lo primero que se liquida o elimina es la verdad. Cada bando informa de manera que le sea beneficioso. Al principio de esta guerra había dos vencedores: los ucranianos si lo contaban los europeos y los rusos si lo contaban ellos mismos. Así que lo mejor que se puede hacer es ver los argumentos y pruebas que aportan cada uno. Una vez hecho esto, me di cuenta de que la OTAN estaba perdiendo desde el minuto uno. Insistía en aplicar sanciones a Rusia cuando sabía que de poco o nada valdrían y además se dedicó a comprar la energía más cara, haciendo que todo subiera de precio. Es como pegarse un tiro en un pie.

Podría contar muchos más matices, como lo que se siente al ver el volumen de destrucción de bombas de varias toneladas y la cantidad de personas que quedan afectadas por ellas, pero creo que ya son suficientes. La conclusión clara que me ha quedado a mí es que una guerra es un sinsentido, sobre todo para el pueblo llano, que es quien más la sufre.

¿Qué opinas de lo que expongo aquí? ¿Estarías dispueso a ir al frente por tu país?
Déjame un comentario (respetuoso), te lo agradezco.

Muchas gracias

Darío