Aquí, tan alegre como un ataúd recién abierto, espero a que salga el muerto para reemplazarlo
y prometo devolverle todas sus pertenencias: sufrimiento y rabia…
Solitario como las cucarachas que sobrevivirán bajo tierra después de una explosión
nuclear, te escribo desde un volcán que reventará pronto… (no te preocupes, la realidad
también suele ser una ilusión).
Intenté que me quisieras como el gusano a la mortaja blanca
aunque buscaste las secreciones de otras pieles bajo sábanas diversas…
El amor se fue (¿o nunca estuvo aquí?), pero los poemas quedaron colgando en girones de
páginas. ¡Destrúyelos, por favor, solo de recordarlos me da un ataque de hipo!
Reprimo cualquier gesto violento que no sea ironía pura
para dejar escapar mi alegría de a poco, como gases desde el intestino…
La vida es tan bella cuando usas un hacha para hacer felices a otros
y esperar hasta la hora en que te pagarán con sonrisas decrépitas…
La memoria, ese obsesivo cazador que dispara sus imágenes sin misericordia
ha hecho de mi vida su peor víctima…
La sangre lodosa en mis venas se hace pasta lacerada, entonces cocina de una vez un buen
espagueti y saborea esta deliciosa frustración mía…
Los adornos detrás de tu cara palidecen ante tu repulsiva mentira piadosa
mientras te veo hipnóticamente, evaporada en tus sentimientos, igual que un zombi…
¿Por qué conversas conmigo si escupo el fuego que carboniza tus sorprendidos ojos?
¿Por qué sales de tu refugio y tocas mi frente sangrienta si mi agonía emana de tu propia
lejanía?
¿Los sentimientos apasionados que fraguaron esos poemas que te dediqué hubieran sido razón
suficiente para que me amaras? ¡No, maldición, no! Quizás otra sí hubiera aprovechado mi
billetera…
¿Se puede obligar a amar a alguien encerrándolo en cuatro paredes? ¡No, porque lo quebrarás
en su ánimo o escapará por la ventana! ¡Los consejeros matrimoniales atienden muchos casos
al respecto!
¿Acercar esa anhelada mano al pecho y que se vincule automáticamente al corazón?
No somos dispositivos tecnológicos, desgraciadamente…
¡Ya no hagamos por el pasado lo que podemos esculpir en el presente: dame un desfigurado
besito de las buenas noches y cierra este ataúd para siempre!
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