Por cada mujer que dejaste entrar a tu cuerpo y a tu corazón,
Supiste que no tenias la magia de transformar a la bestia en princesa,
Te sumergiste en la depresión que siempre tratabas de ocultar
y tu corazón no aprende a expresar lo que siente por miedo a que lo vuelvan a destrozar,
Destrozado, penoso y sin resultados a punto de su corazón suicidar,
Decidiste tratar de ignorar todo mal camino que tu mente podría llegar a tomar,
Sin embargo no sabias las consecuencias que esto podía conllevar,
Te decidiste enamorar de una serpiente que tu alma intentaba llevar,
Rompía todo impedimento para que en su carcel no pudieras escapar
Y aunque trataras de irte, tu vida quería arruinar,
Pero al final te fuiste aunque un poco dañado y aunque trataste de sanar, nada te hacía sentir amado
Luego, te enamoraste perdidamente de unos labios imposibles de tocar,
de una sonrisa hermosa como cisnes bebés intentando poder nadar,
Una figura candente que al tocar tu cuerpo desvanecía,
Comprendía el aspecto de tu vida,
tus sentimientos los quería pero algo te hacía sentir insuficiente,
Su atención distante, su sensación hiriente
Y aunque le dedicaras tu pequeño rastro de poesía al Saturno, no conseguías su amor cambiante porque no te sentías suficiente,
Te diste cuenta que no podías hacerle cambiar su parecer
Y que con escribirle todo lo que sentías, tu angustia podía desaparecer,
Desconsolado y desolado sin saber que hacer por tu corazón, llega otra mujer sin razón,
Bellísima como los cánticos de una sirena,
sus ojos resaltaban más que su misma pena, poetizabas vagamente entre su aroma que quema, decide buscarte porque tu ahí eras su lema
Y es que llegó otra mujer, una niña, una niña impaciente, con ganas de conocerte, inocente sonrisa que mataban al poeta,
como sus simples manos que su corazón atravesaba y lo apretaba cada vez que la niña le decía que lo amaba,
Pero tenías que elegir, ambas tenían algo que las demás no tenían,
Pero al tratar de elegir, la niña te desecho como un simple pan,
te demostró en ese instante que no te quería
Y te preguntaste dudosamente si lo que hacías por ella era algún sacrificio por su bienestar
Lloraste como nunca lloraste, te sentiste un patético, un reemplazable, un ninja sin su sable,
Tu terquedad no ayudaba en nada, te decía que ese hombre estaba bajo su ala, te decía que no quería más de ti, que no te quería y que ella ya estaba feliz,
Decidiste otra vez más irte porque sabias que no era bueno demostrar esas razones por las cuales tuviste que despedirte,
No obstante decidiste tratar de confiar en ese ángel que resplandecía su voz, otra vez dedicaste poesía finita en su voz infinita, pero la muerte te dañó con su hoz,
Te dañaron una vez más, escribiéndole poemas a una mujer que te miraba para saber quién eras realmente,
Se fue de ti y tratar de confiar era un desafío para tu mente,
Extrañabas rotundamente el cariño de un corazón sincero, de un corazón limpio y hechicero,
Pero le volviste a hablar al tulipán, a la niña que te hizo sentir reemplazable y que gracias a ella te cuesta confiar,
Te contó que el hombre al cual acudió era fatal, que solamente estaba con el por obligación social, que también estaba para olvidarte,
para ver si ya no habían más razones para las cuales amarte,
La perdonaste porque tu corazón extrañaba de ella,
porque creías que era el amor de tu vida, porque de alguna manera en tu corazón era igual de bella como tu creías,
Bonita y hermosa relación volvieron a formar, pero aún así te costaba de alguna manera poder confiar,
Triste realidad, triste pensamiento que te cuestionaba su forma de amar,
Pero nunca la dejabas de amar, aunque le daba «la pasada» a otras personas, siempre tratabas de comprenderla como niña que no razona,
Pero no te importó, comenzó un nuevo año, algo que en tu corazón TODO significó, le dedicaste tu vida, tu cuerpo, tu alma pero de algún u otro modo te dejó…
Recordabas todas esas veces que ella misma te decía que no sería igual a las demás, que hubiera dado todo por tu amor, que daría mucho más que tu,
Otra vez la buscaste llorando, humillandote, rogandole que volvieran, mientras tu querido amigo te trataba de apoyar diciéndote «ya era»
Pero, ¿realmente ya fué?
¿Realmente pensaste en dejarla tranquila?
Volvió a tí una vez más pero dudabas más y más entre sus comportamientos porque uno no debe amarte por pena, si no por amor,
Le entregaste de todo, cariño, amor, clamor, deseo, poesía, tu alma, tu ser, tu contradicción de tu anochecer
Sin embargo otra vez se fué, pensó en su subconsciente que ya no era lo mismo, «que ya fué»
Pero por penúltima vez la buscaste, eres un tonto terco pero la hallaste y le demostraste más, le demostraste que tú amor siempre ha sido de verdad, como muchas sinfonías de jazz
Y aunque fueras inseguro, celoso, un poeta tóxico, un niño dislexico, depresivo, un tipo cualquiera siendo posesivo
Ella soportaba eso y un poco más,
Pero tu no podías controlar mucho, podías ocultar como eras realmente, pero ella pedía que fueras tú, que fueras el que se enamoró en algún momento, pero de tantas cosas que tuviste que cambiar por ella y por problemas exteriores ya no sabias quien eras y guardabas tus problemas en tus interiores,
Fuiste a psicólogo por ansiedad, fuiste también por no sentirte real, por tu desecho en la sociedad, por tu depresión menguante
Y tu herida se abrió una vez más, volviste a tener psicólogo, te recetaron pastillas pero te hacía sentir inseguro, insuficiente, gracioso, pensante, liberado, amante
Y con problemas y todo, con pensamientos egoístas y pensamientos morbosos, tratabas de darle todo,
Pero aunque lo des todo nunca es suficiente, se fue por última vez, le rogaste agonizadamente, poetizando tus palabras, diciendo que sin ella no eras tú,
Pero ella nunca volvió…
Nunca la manipulaste y nunca pensaste en hacerlo,
Ella se sentía así porque «lo mismo» no podía verlo
Y aunque la escucharás, la amarás e hicieras lo que no hiciste en tus otras relaciones siempre la respetabas, aunque ella no lo hiciera, aunque ella no lo viera, todo lo que diste por ella para ti fueron toneladas, pero para ella un susurro con palabras heladas,
Los sucesos que transcurrieron en tu pasado influyeron con tu futuro, haciéndote sentir insuficiente e inseguro, pero sin embargo perdonas todo porque tienes el corazón blando,
Pero no lo supo ver, tampoco lo supo leer,
Quizá fue tu culpa por tu modo de autodestrucción o por tu pasado que te seduce con atracción o simplemente de ella por falta de compresión
Te rodeaste de tanta gente hipócrita y tóxica que algunas cosas quedaron en tí, pudiste haber sido más, aunque te eches la culpa en tí nunca lo podrás solucionar,
Le rogabas a la vida que fueras tú una vez más, pero te quito el amor y el confiar,
Pero al final eres un mal villano de un final mal contado que solamente daba todo por ser amado, por ser clamado, pero no puedes rogarle a alguien para que te hagas sentir amado.
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