Últimamente, estos últimos días han sido un completo asco para mí. He sentido una tristeza y soledad enormes, más de la que ya tenía encima. Tristeza, desilusión y soledad me invaden aunque no quiera. Literalmente, me siento destruido y casi muerto por dentro. Y lo peor de todo es que nadie, absolutamente nadie, se da cuenta de eso. Nadie se da cuenta de cómo me siento, nadie se da cuenta de cómo estoy. Me ha pasado por la cabeza ese sentimiento de dormir y nunca más despertar, ese deseo de desaparecer del mundo, de todos, y tratar de empezar una nueva vida siendo feliz, una vida en la que esos problemas no existan, en la que ya no me sienta solo, triste y decepcionado, en la que ya no me sienta como lo peor que existe en el mundo.
Muchas personas dicen que uno está así porque quiere, porque no es fuerte, porque no puede vencer a sus propios demonios. Y tal vez sea verdad, tal vez sea por creer que solo serían días malos, por creer que solo serían pocos días, pero sobre todo por dejar que esa sombra de tristeza se apoderara de mí. Por no haber sido más fuerte que esa cosa, aunque eso parece casi imposible, ya que tiene una fuerza bastante enorme para hundirme en sentimientos tristes y, en algún momento, suicidas. Y aunque no quiera tener esos pensamientos, esa sombra me obliga a tenerlos. Esa sombra se llama depresión y, si no sabemos lidiar con ella, posiblemente terminaremos cuatro metros bajo tierra. Lo sé, suena mal, pero cuando de verdad te sientes como lo peor, solo despiertas tarde y quieres seguir durmiendo para que el día pase más rápido y poder dormir de nuevo en la noche.
Ya ni siquiera me gusta hacer las cosas que solía disfrutar. Ya no tengo hambre ni apetito. Tengo la comida enfrente, pero es como si no estuviera. Ya no me gusta hablar con las personas, porque siempre que lo hago, de alguna manera se burlan de mí y de lo que tengo. Piensan que es fácil lidiar con eso. Algo que esas personas no entienden es que solo quien está pasando por un momento así sabe lo que sucede. Bueno, en algunos casos ni siquiera esa persona se da cuenta, y eso es lo peor, porque te descuidas en otras cosas sin saber lo que realmente tienes por dentro.
En pocas palabras, los tristes solo esperamos que la muerte venga por nosotros. Sentimos que no vamos a poder arreglar nada, que no volveremos a ser felices nunca más. Sentimos que no le importamos a nadie y que a todo el mundo le da igual si estamos vivos o no, si estamos felices o tristes. Nos hacemos la idea de que no le importamos a nadie, y quién sabe, tal vez sea verdad. Vivimos en un mundo rodeado de tragedia, maldad y morbo, un mundo en el que no hay alegría, amor, respeto ni igualdad entre las personas, ya sea por su color de piel, su físico o cualquier otra cosa. Esas personas solo quieren hacernos sentir mal y, como muchos de nosotros somos débiles, simplemente caemos en su juego y dejamos que esa oscuridad nos arrastre hasta lo más profundo de nuestra alma. Dejamos que nos lleve a un lugar negro y pequeño, la cárcel de la depresión, un lugar del que es muy difícil escapar si no eres lo suficientemente fuerte. Un lugar que nos mata lentamente y sin compasión, donde solo recordamos esos momentos en los que éramos felices y sin preocupaciones. Momentos en los que éramos niños cuya única ocupación era jugar día y noche con los amigos.
Te sientas solo en un rincón, con tus audífonos y música triste, pensando cómo, si fuiste tan feliz, llegaste a este estado. Para muchos fingido, pero ahí pasas sentado horas, intentando encontrar la respuesta a la pregunta “¿Cómo fue que terminé así?”. Hasta que recuerdas pequeños fragmentos de recuerdos, que fueron la gota que derramó el vaso. Recuerdas amores pasados, imposibles, y cómo terminaste siendo rechazado. Separaciones familiares, que para muchos de nosotros son bastante fuertes. Ver a tu familia separada, ya sea por un viaje sin fecha de regreso o simplemente por discusiones que causaron una ruptura. Amistades falsas, a las que brindaste tu máxima confianza, solo para terminar sintiéndote como un completo estúpido, ya que solo te necesitaban para arreglar algo en ellos. Te trataron como la mejor persona mientras estabas a su lado, apoyándolos en todo, pero jamás terminamos de conocer a las personas. Cuando creemos que sabemos todo sobre alguien, boom, descubres algo nuevo de ella.
Después de pensar en todo eso y cómo llegaste a ese punto, simplemente te recuestas en tu cama, cierras ventanas, puertas o cortinas hasta quedar en completa oscuridad, como si fuera de noche, para dormir varias horas más y terminar más rápido ese día. Despiertas ya en la noche y vuelves a la misma rutina de siempre: quedarte quieto y esperar a que la noche acabe. Te colocas de nuevo tus audífonos, pones tu canción favorita, y de repente algunas lágrimas se escurren poco a poco por tu mejilla, hasta que simplemente caen. Y así es hasta que te quedas dormido.
Amigo o amiga, si estás pasando por un momento como este, quiero que sepas que no estás solo. Yo estoy contigo y sé que podrás salir de esto como el guerrero poderoso que eres. Sé que piensas que estás solo y que a nadie le importas, pero siempre tenemos a alguien para quien somos su mayor tesoro, sean amigos, amigas o familiares. No estamos solos en esto. Y si ese alguien aún no ha llegado, no te desesperes, llegará cuando menos lo esperes. Ese alguien que, aun si tu día está siendo una completa basura, con un simple mensaje te alegrará y dibujará una sonrisa en tu rostro.
Si tienes esos pensamientos, o los has tenido, aléjalos de ti, porque esa sombra solo quiere hundirnos hasta que no tengamos fuerzas para levantarnos. Pero, como dije, ustedes son mis guerreros y saldrán de esta. Sé que no es fácil, porque ya lo he vivido, pero debemos sacar todas nuestras fuerzas para salir de ese hoyo profundo en el que nos encontramos. Y después de lograrlo, les prometo que encontrarán la felicidad que teníamos cuando éramos niños.
Alguna vez, un gran poeta de mi país dijo: “Cuando sientas que la vida te ignora, llora, pero valora. Mientras sonrías, alguien decía que no siempre lloverá; en cambio, siempre mañana será otro día”.
Los quiero muchísimo. Busquen esa felicidad que tanto desean. Sé que muy pronto, en menos tiempo del que esperas, la encontrarás. ✨😁
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