Este lugar no existe

                                                                        Trance

Realmente no estás aquí; nada a tu alrededor es real. Una intermitente luz va motivando el trance. Ahora puedes viajar a donde quieras y ver a cualquiera que se esconda en la oscuridad.   

                                                          Rosas Negras

He atravesado el jardín de las rosas negras entre espectros y fantasmas, por el camino de la abominación. He abierto las viejas puertas de hierro buscando una respuesta a mis deseos ocultos.

Aquí no existe el amor; solo habita el ángel del placer y la melodía de mi muerte. Sobre la cama de espinas, baila desnuda entre serpientes la virgen de la oscuridad. En su mirada encuentro ternura de mujer; entre sus piernas, mi último latido.
                                                       

                                                  El Jardín de los Hongos Magicos  

He aceptado tu invitación al jardín de los hongos mágicos. Trato de mantener una conversación coherente, pero en mi paranoia todo se distorsiona cada vez que me miras de esa manera.

Tus ojos son como el cosmos; me derrito en ellos perdiendo la razón. El brillo de tus pupilas atraviesa mi corazón como rayos de fuego. Me vuelvo loco y con locura me gustaría desvanecerme en su destello. Pensé que podría escapar a tu abducción, pero finalmente me entrego a ti, sumergido por siempre en este profundo sueño alienígena.                                                                                                                        

                                                                       Luna

Un tiempo de muerte se refleja en tu mirada, y mi mente se adormece con cada una de tus caricias.

Antes de que la luna asesina despierte mis instintos, quiero consolarme entre tus brazos y cancelar mis pensamientos.

Antes de que la luna asesina despierte mis instintos, quiero convertirme en tu respiro, entrar en ti, desvanecerme en tu suspiro y morir con el aire de tu aliento.

                                                       Las Ratas del Camino

A gran velocidad vamos las ratas del camino sobre la ciudad gris. Paseamos por la sucia avenida adornada de cuerpos putrefactos. Nos gusta la música ruidosa y el buen vino porque agudiza nuestros sentidos. Aspiramos polvo blanco cósmico que nos convierte en gigantes de piedra, entes infalibles llenos de poesía, amos de nuestro propio universo.

Vamos soñando despiertos en el caos óptico. Nos sentimos tan fuertes que pensamos que nada ni nadie nos puede tocar. Somos seres perversos, asesinos místicos y mensajeros de la autodestrucción.

                                                               Fetiche Sónico

Un espectro sonoro muere en su máxima performance, la aguja recorre el cuerpo en agonía, llora el espíritu gramofónico en melancólica sinfonía entre compases de armonía con romántico scratch.

El máximo esplendor de la era digital ha destruido mi fetiche sónico. No hay colores, no hay sustancia, se ha perdido el ritual, todo se vuelve automático y artificial.

                                                                   Septiembre

A través de la persiana, puedes ver que el mundo ha cambiado. Te aferras al pasado, entregándote a la nostalgia. Sumergido en tus sueños, buscas el camino de regreso y deseas no despertar jamás.

Por la mañana, frente al espejo, notas tu rostro cambiado. Te has convertido en un hombre y miras tu reflejo con decepción. Oyes voces del ayer que por un momento te hacen sonreír.

Observas una lista de nombres en una pantalla táctil y descubres que no hay nadie con quien hablar. Enciendes una llama, prendes la última vela y celebras tus años de vida en un septiembre gris.

El sol ciega tu mirada, un nuevo día ha comenzado. Caminas abatido entre la multitud. No logras entender la filosofía de la gente; sientes que no perteneces a este lugar. Tu corazón arde y, con cada paso, va muriendo la historia de tu vida.

                                                                         Lady TV

Observándote en el monitor, te has convertido en mi adicción; con cada movimiento me haces perder el control.

Labios platinados brillan con distorsión, una silueta resplandece en mi habitación. Rayos catódicos excitan mi visión en esta noche de perversión.

No puedo mantenerte sintonizada en mi receptor; tus lágrimas se desvanecen con tu última expresión. Te busco entre contrastes en esta caja de color, mi esperanza oscila en el analizador. Solo una imagen congelada guardo en esta última grabación.

Adiós, chica de mi televisor.

                                                                   Cenizas

Pensabas que alcanzarías la inmortalidad rodeado de oníricos recuerdos, pero el frío del invierno se ha llevado tu último respiro. Gritaste tan fuerte que el eco de tu voz estremeció la habitación. Al igual que en tus sueños, nadie te escuchó.

Vestido con un elegante traje, tu cuerpo descansa sobre el sofá. Tus hermosos ojos se han convertido en agujeros negros, profundos como un abismo, y tu pálido rostro ahora brilla como el cristal. Entre tus dedos, un último cigarrillo va formando una curva de cenizas y locura, mientras el espejo refleja tu mítico final.

                                                          Durante la Noche                    

Cuando cae la noche, nos convertimos en bestias salvajes. Nos alimentamos con sustancias mágicas, somos más inteligentes, seres casi indestructibles. Contamos historias asombrosas y no paramos de reír durante toda la noche.

Estamos solos en esta extraña ciudad, somos foráneos filosofando en la oscuridad. Volamos muy alto, sabiendo que la caída será dolorosa, pero brindamos por el riesgo de quizás no despertar jamás. Casi amanece, los ruidos de la mañana nos ponen nerviosos. Podemos sentir la angustia aproximándose, podemos sentir nuestros rostros palidecer.

Temblamos en un rincón, cerramos las cortinas y aseguramos las puertas, sumergidos en la paranoia, mientras nos desangramos en la profundidad de nuestra adicción.

                                                           Hombre Alado

La ficción es mi mundo real. Soy un viajero del tiempo, cruzando distancias infinitas en este viaje mental al borde de la realidad.

Soy un hombre alado, aprendiendo a volar en la lluvia ácida sobre la oscura ciudad. He traspasado la delgada línea entre la locura y lo genial, perdido en el silencio eterno, donde mueren los sueños y reina la desolación.

                                                            Fantasma Cero

El eco de su voz se desvanece en mi mente, perdido en la penumbra de la nostalgia eterna. Susurro a la noche mi último deseo, pero ella se desvanece en mis brazos y se marcha para siempre en el laberinto de los recuerdos.

                                                        Día de Recolección

Sus ojos vacíos me observaron con indiferencia, mientras sus palabras resonaban en mi mente. «El tiempo ha llegado a su fin», me dijo con una expresión cargada de sarcasmo. «¿Podrías concederme algunos días más?», le supliqué, mientras las vibraciones finales de mi guitarra reverberaban en el mundo por última vez.

Elevó su pipa de azufre y, con elegancia, exhaló una densa nube de humo. Atravesamos el portal de las almas torturadas, sumergiéndonos en la oscuridad infinita. Mi alma, una vez resplandeciente, se perdía ahora en el valle del sufrimiento eterno y la angustia infinita.

                                                     Memorias de Maldad

Al cruzar la lúgubre avenida, un gelido viento cargado de maldad me envolvió, evocando crueles memorias. Una siniestra fragancia con reminiscencia de muerte llenó mis sentidos.

A través de la empañada y sucia ventana,  observé cómo el viejo cazador se regocijaba con las luces titilantes de la ciudad. Recordaba con nostalgia y perversión décadas sangrientas de su esplendorosa gloria pasada. Aquella hermosa bestia diabólica, ahora postrada y vencida por el inexorable paso del tiempo, aguardaba ansiosa un soplo de vida para avivar su existencia moribunda. Era un espectáculo macabro, una danza entre lo que una vez fue y lo que aún podía ser, en un rincón ominoso donde reina la oscuridad y la decadencia se mezclaba con la esperanza retorcida.

                                                                     Néctar

Con cada sorbo de tan amargo néctar, me hundo en la introspección, mientras el humo, cómplice siniestro, danza a mi alrededor con espirales hipnóticas, urdiendo enigmas insondables en la penumbra.

Avanzo por la pista de baile que se despliega como un lienzo infinito, donde las pesadillas se entrelazan en una sinfonía de terrores olvidados. Mis pasos son ecos perdidos en la vastedad de la noche, resonando en el abismo de un mundo onírico que se despliega ante mí.

                                                            Absurda Moral

Me has envuelto con tus caricias, atrapándome en tus pensamientos eternos, suspendido en el tiempo, eclipsado por tu amor. He mojado mi piel bajo tu húmeda y cálida lengua; hemos corrompido nuestras almas, transgrediendo esta absurda moral.

Agudos gritos rompen el silencio de la noche; eres un bocado exquisito. Tu frágil mirada parece quebrarse en el torbellino de los deseos, tu corazón sangra mientras susurro a tus oídos mi enfermiza plegaria.

                                                            Valle de Tinieblas

He aprendido a leer las estrellas y amar la oscuridad. He permanecido en silencio en un lugar que no existe. Soy el protagonista de este mordido espectáculo, el soldado caído al que le arrancaste el corazón. Soy un soñador despertando en un valle de lágrimas, el verdugo que muere en tus brazos y renace en la penumbra de la noche en un mundo de tinieblas.

                                                                    Angel

Te encontré una mañana, regresando de mis sueños. Dormías entre mis brazos mientras el sol iluminaba nuestro despertar. Susurraste a mis oídos la voluntad de Dios y me enseñaste a amar, convertida en mujer en este mundo mortal.

Solo tú entiendes los latidos de mi corazón atrapado en la desesperación. Solo tú puedes hacerme feliz en mis días de ansiedad. Solo tú conoces el color de mi alma viajando a la redención.

Solo tú sabes quién realmente soy en este distante lugar del universo. Solo en tus besos encontré la cura a mi dolor. Solo en tu mirada encontré mi resurrección.