La Plenitud del amor y el recuerdo.

La Plenitud del amor y el recuerdo.

T. C. Thristan

08/06/2024

En este momento de mi vida, quiero decir que me encuentro, por decirlo de alguna manera, recordando, pero aceptando la realidad y en una especie de estado de paz. Tuve la fortuna de experimentar toda la felicidad que brinda una relación, y sucedió en dos ocasiones. De hecho, fue tan feliz y hermoso para mí que el simple recuerdo de algunos de los momentos que viví en ambas relaciones me genera una sonrisa y me hace sentir pleno.

Es por eso por lo que creo que ahora me corresponde intentar ser feliz enfrentando la soltería. No me cierro a una relación, pero muchas veces he reflexionado y he dado el consejo de que no se debe odiar ni intentar escapar de la soltería. Se debe aprender a convivir consigo mismo, amarse como persona y, más importante aún, amar la vida.

Por esa razón, creo que todavía tengo mucho por avanzar en ese sentido. Creo que se debe aprender a lidiar con la felicidad de la soltería, sin caer en el rechazo o el miedo a una relación, pero tampoco buscando desesperadamente llenar un vacío. Eso solo sería despecho, un despecho del que al final se termina sintiendo mal, como si fuera una traición a ese último amor.

Así que no me cierro a una relación, pero mientras siga sonriendo con el simple hecho de recordar lo feliz que fui y los bellos momentos que he pasado, estoy conforme. Ya tuve la oportunidad de amar, ser amado y crecer al lado de alguien especial, y aunque en ambas ocasiones la relación no duró lo que yo imaginaba o esperaba, por el tiempo que duró todo, la vida me brindó una felicidad inmensa. Una felicidad mayor a la que han sentido otras personas en sus propias relaciones.

Es eso lo que ahora me genera una especie de paz y lo que produce ese deseo de llegar a esa etapa donde me sea posible sonreír con la misma felicidad e intensidad cuando piense en las cosas que he vivido soltero que cuando rememoro momentos a su lado. Tal vez pido mucho, pero creo firmemente que ambas cosas son de vital importancia: ser capaz de sonreír y ser feliz por los momentos vividos en una relación, pero también por los momentos vividos en soltería.

Supongo que todo esto puede sonar muy idealizado, algo que es cierto, y todo es producto de que creo que los momentos difíciles sirven, ya sea para aprender y crecer con ellos o para derrumbarse por completo. La forma en que terminó mi primera relación logró muchas cosas: el recuerdo de alguien cuyo camino, exasperado y dificultado por la lejanía de sus seres queridos y por una pandemia, decidió terminar por sí misma y a la cual no pude ayudar, generó en mí no solo interrogantes, dolor y depresión, sino también produjo un crecimiento personal y una visión positiva de la vida, por más corta que haya sido.

Creo que, si pude superar la pérdida de esa amiga, compañera y confidente, lo demás tal vez solo sean aprendizajes nuevos y simples. Aprendizajes los cuales debemos aceptar e interiorizar, porque la otra opción es escribirle y buscar que intentemos algo que, en el fondo, sé que no sucederá. Y en el remoto caso de que pasara, ambos terminaríamos siendo infelices o haciendo infeliz al otro, solo sería cuestión de tiempo. Algo que siempre debe quedar claro es que no está bien generarle infelicidad a alguien solo por querer ser feliz por un diminuto periodo de tiempo, una felicidad que al final simplemente sería falsa.

Etiquetas: amor felicidad pérdida

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