Un diente menos no siempre es bueno.

Un diente menos no siempre es bueno.

Desde pequeños, creo que todos hemos escuchado por lo menos una vez eston»no te quedes despierto o santa no te traerá nada por ser un niño mal portado» obviamente, como infantes llenos de curiosidad nos quedábamos despiertos toda la noche para conocerlo, pero no fue mi caso, en la navidad del 2006 me la pase algo triste ya que había perdido la oportunidad de ver con mis propios ojos a santa claus, y todo por haberme quedado dormido, a pesar de ello, eso no opacó la emoción que tuve al abrir mis regalos esa mañana.

Ese día me prometi que el siguiente año lograría verle, o al menos eso era lo que queria antes de lo sucedido… algunos meses pasaron desde aquel entonces… hasta que llego ese día… el día en el que conoci la verdadera apariencia de esa cosa… era un sabado por la mañana, me había despertado temprano para ver mi programa favorito, como era de costumbre, me prepare un plato de cereal para comerlo mientras veía la televisión, cuando estaba a punto de acabarme mi cereal pude sentir como uno de mis dientes se desprendía de mi boca por un simple e insignificante pedazo de chocolate, aunque la mayoría de niños de mi edad se hubieran asustado por ver como unos de sus dientes caía de su boca junto a unas gotas de sangre, yo estaba feliz, a pesar de que pudiera sentir un pequeño nervio colgar del hueco en el que minutos antes estaba mi diente, sabia que si lo dejaba bajo mi almohada esa misma noche la hada de los dientes vendría por el y me regalaria algo de dinero. El resto del día estuve ansioso porque llegara la noche y así pudiera colocar mi diente sobre la cama, unas cuantas horas pasaron hasta que llegó el momento en el que el sol debía de irse para poder descansar. Aquella noche la senti muy tranquila, solo era el absoluto silencio de mi cuarto junto a la brillante y hermosa luna. Momentos antes de colocar mi diente bajo mi cabeza vi en un rincón de mi cuarto el carro de control remoto que me trajo santa aquel día, aquel en el que trate de conocerle, dicho recuerdo hizo que dentro de mi surgiera una enorme curiosidad de ver si en este caso podría conocer al hada de los dientes.

Dicho y echo, me quedé despierto durante varios minutos después de decir que queria conocer a aquella hada, esos minutos pasaron de ser unos simples segundos a ser horas, horas las cuales fueron una eternidad para mi, cuando estaba a punto de ceder ante el cansancio y el sueño un pequeño ruido hizo que mi cuerpo olvidara esas sensaciones remplazandolas por absoluta emoción, dejando de darle la espalda a la puerta para ver si lo que había provocado ese ruido era aquella hada de hermoso vestido azul y alas brillantes, tan brillantes como el mismo sol. Para mi sorpresa, lo que había provocado ese ruido no fue más que mi despertador, el cual indicaba el cambio de hora, siendo en aquel momento las 3:00 am, con decepción y desdén nuevamente me volví a acomodar en la cama, después de unos minutos, en los que trate ahora si de dejarme llevar por la pesadez de mis ojos pude escuchar como mi puerta era abierta, el sonido que esta provocaba era opacado por unos suaves chasquidos los cuales eran acompaños por el chocar de unos huesos… estos hicieron que sudara frío por lo desagradables que eran… así que para saber que los producia fingí que todavia estaba dormido mientras estos se acercaban a mí y sentía como un aire extrañamente frío recorría mi espalda… por unos momentos aquellos sonidos dejaron de oírse… a pesar del «alivio» que pude sentir durante esos segundos de silencio no podía ignorar el echo de que tenía sobre mí una mirada inquietantemente pesada, era tal la intensidad con la que me miraban esos ojos que provocaban en mí un enorme miedo e incomodidad, en aquellos instantes había olvidado por completo la razón por la que me quede despierto, toda mi atención estaba enfocada en otra cosa, estaba pensando en si lo que había entrado a mi habitación era un maldito ladron o un psicopata a punto de matarme como en aquellas peliculas estadounidenses… mi cabeza estaba imaginando todo tipo de escenarios, desde los más tranquilos hasta los más sangrientos. A pesar de todo, estaba consciente de que si hacia un solo movimiento, incluso el más mínimo, tal vez no pasaría de aquella noche o que no saldria del todo ileso, por lo que con la presión del momento contuve mi respiración, en esos momentos sentí un miedo indescriptible, un miedo más allá de lo que el ser humano podría soportar sin antes llegar a la locura o al suicidio, el miedo que sentía en esos momentos podría ser el mismo que tendría una persona con fobia a la oscuridad al ser encerrada dentro de una enorme habitación en la que no hay ningún rastro de luz ni de esperanza de poder escapar de las manos de lo desconocido… sólo… y con enorme desesperación teniendo un único pensamiento tras escucuchar algo «¿Quien está ahí?».. la situación por la que estaba pasando haría que incluso el máximo cazador y rey de la cadena alimenticia se sintiera como una simple presa… durante varios segundos… segundos que parecían eternos y en los que estaba consciente de que alguien o algo me estaba acechando… llegaron a su fin… pude sentir como aquella presión que me había encarcelado durante tanto tiempo iba poco a poco desapareciendo, dicho suceso no podía compararlo más que con el mayor milagro que tendría en toda mi vida.

A pesar de la satisfactoria liberación había sentido no me atreví a moverme, incluso el aire que había retenido dentro de mis pulmones por tanto tiempo no lo había soltado de golpe, más bien, mi respiración iba al mismo ritmo que la de una pluma que estaba cayendo desde el lugar más alto del mundo… aquellos pensamientos de paz fueron interrumpidos por el escalofriante sonido de huesos chocar contra si mismos, dicho sonido no provocaba en mí más que un enorme asco… repudio e inquietud… siendo la última sensación la que iba en aumento por la forma tan desesperanzadora y rápida en la que dicho sonido se estaba acercando a mí, en aquel momento pude sentir como mi vida podría llegar a su fin… para mi alivio pude sentir como una mano había entrado por debajo de mi almohada… lograba sentir como está trataba de buscar algo con notable desesperación, dicho suceso no duró más que unos pocos segundos, sin decir, que en un instante sentí como aquella mano dejaba de esculcar por debajo de mi almohada. Esos sentimientos de inquietud y terror que habían gobernado con absoluta fuerza dentro de mi estaban desapareciendo, las cosas se habían calmado, el ambiente era más tranquilo, aquel sonido de huesos crujiendo junto con el pequeño pero aturdidor chasquido habían dejado de oírse de manera amenazante, por otro lado, pude oír como estos se iban al otro extremo de la habitación, por alguna razón en esos momentos me sentía seguro de poder voltear, algo dentro de mi me decía que no habría ninguna consecuencia si llegase a ver a aquello que me atemorizo por unos minutos… a pesar de sentirme algo seguro no podía evitar que el miedo dominara mi cuerpo, nada me aseguraba que esa cosa que me atemorizo hace poco no pudiera hacerme algo si supiera que no estaba dormido… a pesar del miedo la curiosidad dentro de mi era mucho mayor, por lo que sin poder contenerme más voltee mi cuerpo de manera lenta y cuidadosa… al ver el otro lado de la habitación pude observar una silueta de gran altura, a pesar de la oscuridad que había en mi habitación podía ver como esta se encontraba algo encorvada y agachada solo para que su cuello y cabeza no chocaran contra el techo… al ver un ser tan inquietantemente grande no pude evitar soltar un leve pero audible jadeo por lo que había visto… para mi mala fortuna «eso» me había oído, segundos antes de lo sucedido esa cosa se encontraba admirando por lo que pude ver era mi diente… la forma en la que lo veía era la misma que la de un niño viendo un dulce, a pesar de la poca luz pude ver como de su boca salía una larga y «gruesa» lengua para acto seguido comenzar a lamer y saborear mi diente incluso metiendo la punta de la misma en el orificio que tenia mi diente donde estaban rastros de sangre y nervios, la forma en la que su cuerpo reacciono ante de dichas cosas me era repugnante, tal parecía que el sabor de la sangre junto con el de los nervios estremecia a dicha criatura… pero, al oír mi jadeo, pude ver como «eso» dejaba de saborear mi diente para acto seguido mirarme… en donde se suponía que debian de estar sus ojos solo había un enorme y escalofriante vacío, un vacío que parecía no tener fin… de manera inesperada aquella cosa se acerco a mí lo que provocó que mi espalda chocara contra el respaldo de mi cama en un inútil intento de que esa cosa no se acercara… cuando estuvimos frente a frente quede totalmente inmóvil, lo que vi no era normal, su cuello… su maldito cuello estaba roto… este conservaba un poco de carne por lo que mantenía su fracturado cuello todavía unido al resto de su cuerpo, debido a la falta de piel y que está misma estaba rasgada me dejaba ver de todo, desde musculos hasta tejidos así como algo de hueso… cuando aquella cosa se acerco a mí pude entender por fin la razón del porque se oía el crujir de huesos, su cuello roto era el causante de ese sonido tan desagradable, a un así, aquella cosa tenía el aspecto de una mujer de tez blanca, tan blanca como la de un difunto después de muerto, conservaba algunos mechones de cabello los cuales tenían una apariencia descuidada y seca, su cuerpo era delgado, tan delgado que su propia piel estaba aderida a sus huesos, sus senos no eran más que unas flojas bolsas de carne a punto de caerse, su madibula se encontraba en el mismo estado que su cuello por lo que se podía ver como aquella cosa no tenía dientes… no podía dejar de mirarla, su apariencia tan grotesca y asquerosa seria algo que recordaria por toda mi maldita existencia, tal era el impacto que me provoco que no me había dado cuenta de…

CONTINUARÁ.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS