La loba 
Dos ojos castigan con su mirada,
dos ojos que ven el siglo pasar,
dos ojos al punto de ser un mar,
dos ojos con nudos en la garganta.
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Dos ojos en duelo viendo la estampa,
dos ojos con tiempo pidiendo hablar,
dos ojos de hierro queriendo llorar,
dos ojos cansados de tanta rabia.
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Sus ruinas reflejan los dolores,
que Rómulo y Remo les toca beber
en un cáliz con amargos sabores.
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Oxidan sus huesos malos olores:
bencina con bolsa para comer;
Recuerdo que también, había flores.
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