EL 15 DE SEPTIEMBRE QUE AÚN NO LLEGA

EL 15 DE SEPTIEMBRE QUE AÚN NO LLEGA

El quince de septiembre que aún no llega

i

Este día justamente, con el corazón henchido

Justifico mi plegaria que a mi Dios dirijo austero:

Que se acabe este suplicio, cese ya de este aguacero

Sobre El Salvador del alma al que tato estimo y quiero,

Que mi gente vea la luz de la verdad es lo que pido.

ii

Evadir, no fácilmente, lo que el corazón evoca,

Lo que pare nuestra tierra tan silente a manos llenas;

Soberano es el querer que han profanado asaz las hienas,

Tan altivo y tan humilde que naciendo en tierras buenas

No ha podido dar un fruto que le atañe y que le toca.

iii

Va mi patria mancillada por tropeles que ignoraba,

Sombras quedan en el llano, pero siguen siendo sombras;

Amenazan en silencio esputar el odio en trombas…

Y los cardos van arando entre mi gente heridas hondas

Que esta lluvia empero es llanto ¡van dos siglos y no acaba!

iv

Hoy dirimo la esperanza que se asoma desde el hado,

Tan austera la esperanza pero sigue siendo plena,

Musas leves que se avocan como el canto de sirenas

Nos inspiran como nunca, cantan loas que suenan

Los tambores de mi patria no liberta van marchando.

v

No son nuevos ideales, son los mismos heredados,

La esperanza los renueva, los infantes la enarbolan,

Lo banal y lo maligno conspiraron en su contra,

Y durante treinta siglos fueran rémora en la proa

De este barco a la deriva y es por Dios no ha zozobrado.

vi

El amor yace en el alma de quien ama, de mi pueblo,

De la gente que pernocta por buscar un mejor sueño,

De la madre que musita su pesar en el empeño,

Del anciano que apacienta en el andar su ida al cielo…

Y de tus ojos color miel ante los que me nublo y tiemblo.

vii


Y se agolpa como un rayo, como un haz de luz, la idea

De que a ley somos iguales, nacidos en misma estrella,

De que nos atañe a todos pelear la misma querella…

De dar juntos ese paso sin borrar asaz las huellas

Que nos trajeron al punto bueno o malo, como sea.

viii

Es el quince de septiembre que todavía no llega,

Es el culmen al unísono del coro, nuestras penas,

Nuestro luto, nuestras quejas, el vacío en la alacena,

Nuestro canto y el silencio que guardamos cuando truena,

Pero miedo… ¡eso jamás! ¡Pueblo que nunca se doblega!

Etiquetas: himno patriotismo poema

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