Ella aún no lo sabe

Ella aún no lo sabe

Micutea

01/04/2024

Quisiera que todos pudieran tener un amor en su vida como el que el universo me ha confiado.

Tiene un corazón tan bondadoso, que pareciera un algodón de azúcar. Pero ella aún no lo sabe.

Su alma está llena de ternura, la ha envuelto en cientos de capas de papel maché, intentando protegerla de cobardes que solo quieren un momento de placer y no se han atrevido a pelear con los dragones que estratégicamente ha puesto en el camino. Yo tengo el valor de hacerlo, he emprendido el viaje por esa oscura y fría brecha, y cuando por fin llegue, quitaré con sumo cuidado cada una de esas capas. Pero ella aún no lo sabe.

El amor de mi vida también es valiente. Ha ganado las batallas más largas y extenuantes del mundo. Ha peleado con monstruos y hadas. Y nunca se ha dado por vencida. Pero eso, ella aún no lo sabe.

El amor de mi vida tiene la voz más dulce y llena de poder, más amorosa y llena de sensualidad. Pero ella aún no lo sabe.

El amor de mi vida es una obra de arte abstracto cuando descubres su interior. Está llena de virtudes; ama la perfección y eso a mi me enloquece; posee muchos talentos; tiene una mente ágil como una gacela escapando de un feroz jaguar. Pero ella aún no lo sabe.

El amor de mi vida es la escultura perfecta, sus caderas tienen las medidas perfectas, su cintura fue hecha para que mis manos reposen en ella. Sus piernas son dos columnas exóticas de marfil labrado a mano. Sus manos, amigo, sus manos te hacen conocer las familias de estrellas que ni siquiera el telescopio Hubble ha descubierto. Sus pechos son dos montañas donde encuentro quietud y placer, me gusta recorrerlos y mientras lo hago grabo en mi mente su forma, su olor, su textura. Tiene la sonrisa que enloquece a cualquiera. A través de sus ojos marrones es que he podido conocer sus deseos más profundos. Su mirada, ¡huy! Su mirada mata, su mirada cura, su mirada te desnuda el alma, su mirada te trae de regreso a la tierra, su mirada enloquece hasta al más cuerdo. Su cabello me provoca las pasiones más carnales que he sentido. Sus labios te invitan a recorrer su cuerpo. Su nariz es la más buscada por cualquier escultor. Pero ella aún no lo sabe.

El amor de mi vida empezó esta carrera un poco antes que yo. Porque debo decirte que es arrebatada, y en uno de sus arrebatos corrió y no pude alcanzarla sino hasta varios kilómetros después. Siempre seguí sus pasos, algunas veces de lejos, otras veces un poco más cerca. Nunca le perdí de vista. Pero ella aún lo sabe.

Al amor de mi vida lo conocí en mi adolescencia, dejó una huella tan profunda en mi vida. Nuestras almas se unieron desde ese momento tan fuerte que, aunque ella ha intentado de mil maneras romper el lazo, ha quedado atada para siempre a mi. Tal vez para ella eso sea una maldición, pero para mí ha sido la mejor bendición que el cosmos me dio. Pero ella aún no lo sabe.

El amor de mi vida tiene otro amor. El amor de mi vida pertenece a otro corazón. Rema en otros mares. Incendia otros bosques. Pero sé que en algún momento del viaje volverá a casa, a donde siempre ha pertenecido, y ¿sabes? cuando llegué a casa y abra la puerta (porque no necesita ser anunciada ni pedir permiso para entrar al hogar que le pertenece) ahí estaré yo, esperándola con una frazada, una taza de café, el mejor incienso estará encendido, y mis brazos estarán abiertos para rodearla, acercarla a mi pecho y cuál caracola que encuentras en el mar, podrá escuchar el sonido de casa…mi corazón, el que siempre le ha pertenecido.

Pero sabes que, ella aún no lo sabe.

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