Hasta en los fosfenos puedo notar tu figura, tu sigue con esa forma de amar tan rara que cada día crece más la oportunidad que un día te diga te amo, pero sabes, es en el conticinio que más te pienso entre cada soliloquio, porque mujer que dicha con la que estás hecha, pensar si algún día me amara se ha vuelto una vil quimera, eso de soñar estando entre sus abrazos y en su pecho yacer es una forma poco usual para renacer. Soy un acérrimo en cada palabra que rimo como lo soy contigo mujer a la que amo, aunque en su tristeza ella me decía: «maldita sea tu desidia» sin saber que yo sin ella moriría.

Yo ya tuve mis amores que no fueron más que errores, pero ninguno tan grande como el no haberte elegido en aquel momento debido, ahora tú irás por ahí dando aquel amor del que ya me he perdido.

Se que en esto de escribir siga siendo algo bisoño, sin embargo trato de mejorar año tras año para cuando me des la oportunidad que se aún me guardas pueda con mi elocuencia llenarte de palabras bonitas aunque ya nadie se enamora de esas, pero se que si muero mañana las amarás y entre lágrimas me recordarás cada que leas estás cartas.

Mujer que ante mis ojos eres impecable como inefable, para tu persona solo existen hermosos motes, eres la andrómeda para este niño que creció admirando a escritores de esos que murieron siendo excepcionales amantes que se llevaron a sus musas en sus respectivas muertes.

Etiquetas: poesía

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS