y ahí quedó, la niña angustiada por el karma intentando pensar lo que mereció
pensó que dejarse llevar por el desinterés era buena idea, no obstante prefirió dejarse llevar por la marea
Ignorando al pobre escritor pensaba que no volvería a ser lo mismo de antes por lo sucedido
Perdió la oportunidad de haber tenido a su poeta pedido
Ignoraba cada vez más la importancia del escritor por hostigamiento, no podía entregarle su amor por una confusión
Mientras que el pobre escritor humillado ante sus pies intentaba todo pero intentó dejarla aunque doliera cada espina de palabras bonitas
Volvió la niña inmadura que ansiaba por verlo, se «esforzó» pero no pudo más
Y Ahora lo vé feliz diciéndose
«al fin y al cabo es ser feliz es lo que debo exigirte y si ya eres feliz sin mi, no puedo contradecirte «
Lastimandose con la misma daga con la que se lastimaba el escritor.
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