Anoche soñé contigo, se que eras tú pero no podía tener el recuerdo de tu cara con claridad. Te sentí por primera vez más lejos que nunca. Supongo que así se empieza a sentir el olvido.
De a poco he dejado de sentir miedo a que el palpitar que este amor generó en mí se apague. Ya no intento desesperadamente mirar las pocas fotos que quedan para recordar tus facciones. Ya no duele recordar tus palabras al marcharte. Algo dejo de correr por mi torrente sanguíneo al mirarte. Tú voz ya no resuena dentro de mi pues no se pude dar más en donde ya se ha dado todo y no bastó.
Hoy quise volver a llorar pero las lágrimas no brotaban más de mis ojos. Ya era tiempo de tomar nuevamente una decisión y yo; voy por lo que me propongo. Y así como decidí elegirte, un día decidí olvidarte.
Aunque confieso, mañana puede que camufle algunas lágrimas con la lluvia de la ducha. Al fin y al cabo solo se puede usar la palabra extrañar para describir algo que ya pasó.
Voy una vez más asirme a la decisión.
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