Amigo

Aún quedan recargos, de ese razonamiento
Que los especialistas catalogan como lento, del promedio un porcentaje bajo,
Mis dejos que se lo lleva en viento, los recuerdos la importancia del tiempo,
Pero no niego que de un último diálogo, me encuentro con saldo en contracción.

Preferí ser un poco más elegante que increparte a caricias duras
No vales la fricción tácita del calor que producen mis palmas
Ni la delicadeza del recado del último favor
Un lazo fuerte que se trizó por una estúpida aventura
Que siendo una emoción, tu puta era una parásita blanda
La consagraste en trono de gemas de baratijas sin valor.

Revisaste todo sin ser un polo electromagnético
Me pintaste como incrédulo por antonomasia
Elegancia de dichos descubiertos de ser bañados por falacias
Enviaste solo un recuerdo de aquellas licencias de médico.

Hacer voz de silencio, sin eco de dudas,
Pasarás hambruna de sinceridad de parte de tus nuevos hermanos,
Fue un gusto haber pasado por el camino simbiótico creado,
Pero no puedo hacer de tu ignorancia o mi vergüenza hacia tu persona una pulla.

No busques sentido en un vector sin dirección,
Aunque siendo tú, tu mente de vencedor te habrá consagrado,
El que grita en un diálogo no lo convierte en un argumento ganador,
Bajo esa regla, aquella chica te ganó por mucho más cuando viste que gimió más fuerte en otro lado.

Fuiste destruido también por tus progenitores,
Te viste afectado de sus decisiones infantiles,
Te viste siendo un rudo, con mal aroma de ruda,
Cuando por sus convenciones,
Sucumbiste a indecisiones,
Que por tozudo caíste pisando una capa de impotencia, que de vestirla era una talla equivocada.

Fuiste músculo en partida de ajedrez,
Poco huevo en omellete,
Pero aun así espero que tu destino te ampare
Que lo que te depare no sea lo suficientemente malo, para olvidar quién eres,
Porque en ese caso, quizás no hagas caso omiso, y al final cambies,
Y no te mereces más que el castigo de ser el causante de tus propias desgracias,
*Tu nombre iría aquí, pero ni para eso lo vales, Sr. P, que no vales ni que lo que en tu identidad eres*.