Tus ojos son capital
De mi alma lujuriosa;
Tu cabello y piel sedosa
De placer mi economía;
Si se une tu boca y la mía,
En afluente de pasión,
Se eleva en cada rincón,
Sedienta mi geografía.
Las rutas de tus caderas,
Conducen mi pensamiento;
Me llevan al sacrilegio,
Al pecado más carnal:
En tu selva he de encontrar yo
El portal que da al infierno.
Y no me ando con rodeos,
Ratifico en la ocasión:
Si es ciudad tu corazón,
Y tus venas vías de acero;
Quiero ser loco del centro,
O mendigo en la estación.
Si tus cabellos son bosque,
Tu escote es cordillera,
Tus pupilas son bandera,
Tu mente la patria mía.
Tu voz es la melodía,
De los clarines de guerra;
Tus puños son la defensa
Del baluarte de tu ombligo
Tu cascada se vuelve río
Tu lengua se vuelve puerto
Tus lágrimas, de los muertos,
La sangre que fue vertida;
¡Con gusto yo moriría,
defendiendo todo aquello!
Por tu amor, daría la vida,
Por tus labios, mi libertad;
Por tus ojos quizá,
Si así mandase Fortuna,
Soportaré las torturas,
Y no rogaré piedad.
¡VIVA LA PATRIA! gritar
Cada vez que pienso en vos
es mi gusto y mi pasión,
causante de frenesí;
Pensarte a ti, mi País
Es la más fuerte emoción.
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