A las puertas de una venta

A través del polvo y el oro de la tarde que declina una sombría silueta incierta se divisa detenida en lontananza a la espera de la señal en la que un enano anunciará a toque de clarín su llegada. El bronco sonido de un cuerno, que todos menos ella reconocemos, apresta a los puercos a la piara. Entonces la figura difusa retoma su paso y al poco deviene montura y jinete. Se oye su monótono traqueteo metálico sobre el lomo mientras cabalga hacia la venta. Cuando al fin alcanza la entrada se aprecian la vieja armadura, la deforme celada, la adarga y la lanza endebles, resucitadas por la locura para la memoria de los hombres venideros. El caballo escuálido cabecea de hambre y sed.

Nadie antes lo vio. Fue soledad y campo yermo su descabellado propósito hasta ese único momento. Él, ya parido por la imaginación alucinada del hidalgo, ahí al fin público y tristemente corpóreo frente a ellas.

La visión inconcebible ante los ojos aterrorizados de las dos jóvenes meretrices apostadas a la entrada amaga la estampida de ambas. Sin embargo, desde su ufano desatino, el corazón del caballero andante se llena de tiernas palabras con las que les exhorta y tranquiliza.

¡Qué ingenuas y alegres miradas le bendicen entonces, primero chanceando de su estampa y luego colmándolo de hermosas atenciones!

¿Qué dechados opuestos se descubrieron en la pureza de ese encuentro imprevisto?

Ellas que nunca pretenderían la gloria frente al loco que sí la pretendió; ellas, las analfabetas frente al letrado; ellas que ni se sabrían dignas de ese momento genuino y atemporal en el que quedarían encerradas con él para siempre en millones de hojas unánimes y celebradas.

¡Oh, ustedes las tolosas y las molineras, innombrables, embellecidas por la mente alucinada del caballero; recordadas por la pluma eterna del capitán Cervantes; amadas por los corazones solitarios desde lo más recóndito de la historia consciente! ¡Oh, ustedes, ángeles caídos, terrenales, compasivas, que moverán el mundo y nos redimirán de toda la gloria inútil y la sinrazón!

28 de agosto de 2023

David Galán Parro

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS