Soy un jóven de veinte años de edad, estudio en la universidad, tengo un carro de segunda mano que me lleva y me trae, es lo que importa.
Parezco normal, así que dejémoslo así, en «NORMAL», ya que le temo a mi sombra, desde pequeño estuve en hospitales, clínicas psiquiátricas, psicólogos, ninguno ayudo en nada; cuando era pequeño pensaba que era normal tener esa cosa oscura siguiéndome.
Todo el mundo lo tiene.
A mí me encontraban hablando con mi sombra, peleando con ella y dándole golpes, pero mi sombra me esquivaba bien y terminaba yo cansado y más disgustado. «Pensaban que yo estaba loco».
Hablándole yo a la sombra (era muy lista), solo hablaba cuando no había nadie. El asunto es que me respondía con una voz masculina y no podía vivir sin mí.
Yo corría para alejarme de mi sombra, me acuerdo muy claramente cuando era pequeño y ya me molestaba su constante persecución y acoso; yo iba con mi mamá y lo acusaba y mi mamá toda sonriente y burlona y con una voz dulce me decía: que eso era normal, que era parte de mí y me explicaba lo mismo de siempre, algo que no me interesaba volver a escuchar.
Yo lo que quería era justicia, acción, no habladera de que la luz al chocar conmigo producía esa sombra. Hasta se reía y me decía que debía soportar «eso».
Tener una sombra detrás de mí era normal. Esas dos palabras «era normal» retumbaba dentro de mi cerebro lento y pausado: era… ¡¡¡Nooormaaaal!!!… Yo era pequeño y pensaba… «QUE LA COSA NO ESTABA BIEN»… Yo sé, que grito.
¿Cómo iba hacer normal tener ese loco todo el tiempo trás mío?… ¡Siguiéndome!… Eso no me entraba en la cabeza.
Mis llantos eran insoportables y mis padres no sabían como tratar este caso ¡Insólito! Terminé aprendiendo a huir del sol y de la luz, todo para no generar una sombra.
Prácticamente tengo once años viviendo en la oscuridad; hasta que un día… alguien se fijó en mí… En la universidad sin importar que era el chico raro, que prefería estudiar de noche y huía de cualquiera luz para no tener una sombra detrás.
Pero mi felicidad duró poco… mi sombra mató a mi novia y a los padres de mi novia, cuándo ella me llevo a su casa, pará que los conociera.
Ahora detrás de estas rejas sentado aquí, veo hacía el pasillo que está iluminado y hay luz aquí adentro también y la sombra se mueve y tira las pocas cosas que tengo.
Esa sombra esta afuera de mi sombra me habla y me llama por mi nombre:
—Rafael… Rafael… No sigas enojado conmigo háblame… Háblame… Se estaba interponiendo entre los dos… ¡Esa mujer!… No tuve otra opción…
—»Ese ser sombra», que vive dentro de mi sombra, no me quiere dejar en paz.
Yo sentado aquí lleno de ira, atrapado y callado dentro de mi pecho una furia de loco, con una cara de asesino en serie.
La rabia reventándose en mi interior, una bulla de pensamientos locos y preguntas con sobresaltos en mi pecho, «mi corazón hace brincos raros», al recordar lo que vi, «esa noche horrible».
Afuera un silencio, los otros presos duermen, el vigilante pasó, hizo su ronda, me vio sentado aquí y no dijo nada, solo se retiró o me tiene miedo o lástima, ¿o que me puede importar que piensa ese tipo?…
Pienso en mi desdicha, de que deba vivir para siempre con esa cosa detrás de mí y pagar por algo «que no hice» y lo peor de todo es que estoy solo… Soloooooo…
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