Réplica a «Escritura(s)»

Réplica a «Escritura(s)»

MrGalvis

17/05/2023

Así como el papel fue en su momento un paso revolucionario para la historia de la humanidad, abriendo de manera vasta el abanico de posibilidades para la expresión escrita, las pantallas y los editores de texto digitales representan otro gran salto para la comunicación.

Y es que la escritura ya no se limita a las reglas comunicativas más básicas y formales, como la ortografía, la gramática, la sintaxis, etc., sino que lleva todo a un nivel mucho más complejo. De acuerdo con El País, es un fenómeno que puede ir en detrimento de una correcta expresión escrita, pero que bien utilizado es una herramienta muy útil para enriquecer los textos.

Pero no hablamos solo del conocimiento mínimo de programación y lenguaje HTML que los periodistas digitales y escritores de Internet ahora necesitan tener, mismo que amplía las opciones de formato más allá de lo que permiten las interfaces de edición. Se trata de un nivel mucho más complejo de comunicación, en el que el lenguaje no se limita solo a caracteres alfanuméricos, sino que parte de allí para volverse multimedial.

Esas son las posibilidades que nos presenta «Escritura(s)», el texto fundacional de la plataforma ‘Club de escritura’, la cual permite crear textos enriquecidos para Internet que ahora incluyen todo tipo de herramientas para mostrar imágenes, dibujos, videos, audios, sonidos, animaciones e hipervínculos que sirvan para citar o hacer referencia a otros sitios de Internet.

Esta revolución multimedial hace de los sitios de la red creaciones cada vez más complejas que requieren una comprensión mucho más avanzada. Así como alguna vez los lectores de periódicos tuvieron que comprender que no todo lo que allí aparece impreso son noticias, sino que estas se intercalan con avisos publicitarios y otro tipo de información que no es necesariamente periodística, las páginas de la actualidad también apelan a recursos visuales que exigen cierta lógica para entenderlas.

Un ejemplo de esto son los banners que se intercalan en el contenido y que muchas veces interrumpen el hilo argumentativo que lleva una lectura, pero que justamente están pensados de esa forma y que, estando ahí, son la base del sustento económico de la mayoría de sitios de Internet. Generalmente lucen como la siguiente imagen de la UNIR.

Pese a que los avisos pueden descontextualizar un poco, los lectores promedio ya saben que se trata de avisos con los que deben convivir y han aprendido a ignorarlos en cierta forma, pues ellos también son interactivos y de los clicks que reciban también depende la remuneración que se otorga al sitio que publicita.

El problema viene cuando estos se confunden con información relevante para el texto, entorpeciendo la comprensión o haciendo que la atención se disperse y se pierda interés en el artículo, por lo que se debe ser cuidadoso al diseñar sitios con este tipo de insertos.

Es así que los los textos digitales han comenzado a entender que deben conservar una retórica propia en la que no se confunda el interés de lo que dicen con el interés de lo que venden, o incluso de quien los patrocina. Ese lenguaje informático que hace tan especiales a los sitios de Internet no puede ir en contra de un mínimo de comprensión y de legibilidad.

Se trata de un nuevo horizonte para la retórica, una suerte de retórica de lo digital que será cada vez más compleja en el siglo XXI, a medida que los recursos también se hacen más diversos y se complejizan en tanto ofrecen nuevas posibilidades. Por ahora, no se puede perder de vista que quienes leen siguen siendo humanos.

Etiquetas: internet periodismo

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