En 1998 empecé a estudiar la especialidad de Lengua y Literatura, en la Escuela Profesional de Educación Secundaria, de la Facultad de Educación de mi querida alma mater: la Universidad Nacional Federico Villarreal. Recuerdo que, entre los cursos básicos de los primeros semestres de la carrera, repasamos de todo. Incluso biología, ciencias naturales… Nuestra profesora, una señora muy entusiasta con la materia, procuraba ponernos en contacto con la naturaleza (los Pantanos de Villa, la Reserva Nacional de Paracas…), además de hacernos conscientes de temas emergentes como la creciente preocupación por el cuidado del ambiente y todo lo que siguió a la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro en 1992 (hasta entonces, les juro que ni idea). Tal vez, ella nunca sepa que tuvo un alumno más aplicado de la cuenta, que no satisfecho con la asignación monográfica, quiso plasmar sus reflexiones en uno de sus primeros poemas de universidad. Esos que llegué a recitar en la plataforma del patio de educación, con los «Poetas del fin del mundo», que repartían su revista «El Cubo Mágico», con poemas y espacios para coleccionar figuritas de animalitos.
Si te gusta la poesía, te invito a leer el poema “Mundo perdido” en mi página «VanguarLuismo».
OPINIONES Y COMENTARIOS