Una espada única

Una espada única

Eleyal

09/03/2023

Esa noche me proyecté debía ir a un lugar específico, no me lo dicen por telepatía solo lo sé, cuando llegué era de noche caminé un par de pasos y sabía que debía ir a ese restaurante era amplio con sillas y mesas había casas a los alrededores. Me acerqué y miré hacía dentro del restaurante había varios niños y niñas entre 5 a 10 años alrededor de 20 en total y estaban sentados en las sillas con la mirada perdida e inmóviles, vestidos de negro eran verdaderos zombis me impacto mucho. No podía entrar por qué alrededor del lugar había un blindaje energético que me lo impedía. Acompañaban a los niños siete seres hombres y mujeres todos de negro portaban espadas. En la esquina del restaurante por fuera estaba uno de mis compañeros nos miramos nos pusimos en posición para entrar empezamos a decir unas palabras en otro idioma la repetimos varias veces, pude atravesar el blindaje y miré a mi compañero y él no pudo pasar solo hizo un gesto subiendo los hombros y movió la cabeza en negación. Miré a estos seres y toman la posición de combate y sacan sus espadas, no soy una heroína como las películas, era imposible pelear con todos ellos eran demasiados y fuertes, pero tenía mucho coraje por los niños no se movían ni un centímetro. Saqué mi espada no importaba les haría frente de mi mano izquierda empecé a sentir una energía que se fue materializando en una espada con una fuerza energética inimaginable. Me llegó la información de manera telepática que era una espada para descrear, eso significaba que si lo atacaba con ella todo lo que han aprendido en sus vidas como evolución era borrado volviendo a la energía primordial de la creación, empezarían de cero como seres, cuando la vieron se les desfiguró la cara todos se marcharon velozmente y luego la espada se desvaneció. No tenía ni idea que existía algo tan poderoso como aquella espada. Los niños fueron rescatados y entregados a mis compañeros para su traslado y ayudarlos. Me sentí aliviada haber rescatado a los niños habían muerto y estos seres robaban sus energías para su beneficio a veces la maldad no tiene nombre. No podemos hacer justicia por nuestras manos tenemos códigos que respetamos, pero no deja de molestarme mucho cuando hacen este tipo de cosas y más a los niños. Me sentí aliviada al tener un grupo de apoyo en caso si algo no saliera como debiera, bueno casi siempre. Volví a mi realidad ¡Debería haberle tirado las orejas a mi compañero!

Etiquetas: ficción

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