7.2 Tlaminis cerca de Ritorufurawa

En la tarde del día siguiente, Kai llegó puntual a la escuela, los niños empezaron a salir y entonces vio a Ushio acompañada de Gohan. Jamás había hablado con él, a pesar de que ambos llegaron a la ciudad casi al mismo tiempo, pero a diferencia de él, Gohan tenía total libertad y aceptación por ser el hijo de un hombre rico y con mucho poder. Ushio se percató de que Kai ya había llegado y lo saludó a lo lejos, después de eso, presionó a su primo para que se apurara, cuando llegó a encontrarse con ellos se despidieron de sus amigos.

El viaje de regreso se produjo sin contratiempos, hasta llegar a la casa de Kai donde debía dejarlos para que terminar el trayecto solos, pero Ushio tenía otro plan en mente.

– Oye Youhei, ¿ya le has dicho a mi tía acerca de cómo la maestra te regaño por no hacer la tarea el otro día? – ante las palabras de su prima, Youhei puso cara de terror, la sola idea de que su madre se enterara lo hacía temblar –. Yo se lo conté a mi mamá, entonces es probable que ya este enterada.

    Youhei salió corriendo hacia su casa sin despedirse, con la esperanza de que su madre no supiera acerca de su pequeño descuido, mientras tanto, Ushio y Kai se quedaron observando hasta que lo vieron entrar a su casa.

    – ¿Con que intención hiciste eso? – Kai comenzaba a sospechar que tramaba algo, y cuando volteó a verla notó la expresión de victoria que tenía en el rostro.

    – Quiero que vallamos a un lugar, pero Youhei es un bocón, y un miedoso.

    – Ushio sea lo que sea, la respuesta es un no, ve a tu casa y olvídalo – Kai iba camino a la entrada de su casa, pero no pudo avanzar mucho.

    – Quiero ir a ver al grupo de tlaminis, y si no vas conmigo iré yo sola – Ushio se plantó frente a él, convencida de lo que estaba diciendo.

    – Ni lo pienses, no pienso llevarte con ellos, es muy peligroso, y podemos meternos en problemas.

      Ushio no dijo más, comenzó a caminar, pero paso de largo la puerta de su casa, y sin mirar atrás comenzó a ir más rápido, Kai estaba incrédulo ante la escena, la niña en verdad se atrevería a ir por su cuenta, así que corrió tras ella, con la intención de devolverla a su casa.

      – No – Kai no dejo que Ushio replicara –, simplemente no podemos arriesgarnos, se darán cuenta en tu casa.

      – No hay nadie, solo debemos ir – respondió Ushio, haciendo ademanes exagerados con sus manos, para dar énfasis a sus planes -, los veremos a lo lejos, y estaremos de regreso en un par de horas, si alguien pregunta diré que estaba contigo y se acabó el asunto.

        Se presentó un gran problema, Ushio no pensaba dejar pasar la oportunidad, pero Kai no podía permitirse que algo le pasara, sin embargo, ella se veía empeñada en hacer el viaje, estuviera acompañada, o no, así que resolvió el ir con ella, a pesar de que parecía la peor idea posible.

        – De acuerdo, pero deberemos ir rápido, vamos.

        – ¡Gracias! – Ushio dio un brinco y abrazó a Kai, estuvieron a punto de caer, pero de alguna forma conservaron el equilibrio, Kai se apartó de inmediato y comenzó a caminar.

          Llegaron a los establos del departamento de policía, que se encontraban en una salida de la ciudad, y Kai le dijo a Ushio que se escondiera, mientras él entraba a buscar un caballo para poder hacer el viaje más rápido.

          – Hola Kai, ¿Qué te trae por aquí? – lo saludó el encargado del establo mientras cepillaba uno de los caballos.

          – Buenas tardes, solo quería saber si podía llevarme uno de los caballos, no será por mucho rato.

          – Claro, aunque tendrás que conformarte con uno que no sea tan rápido, debido a las guardias por los cazadores, casi todos los caballos están ocupados.

          – No importa, no iré muy lejos.

          – Claro, dame solo un segundo – el encargado fue por un caballo y mientras lo ensillaba, continúo hablando –, todas esas guardias y la vigilancia deben de ser una carga muy pesada ¿qué tal la está pasando el anciano Kakashi?

          – No estoy seguro, casi no ha estado en casa.

          – Me lo imagino, al final del día, el departamento de policía no puede hacer nada sin él – el encargado le entregó las riendas del caballo –, aunque ya debería pensar en retirarse, o por lo menos en disminuir su carga de trabajo, ya está muy entrado en años y, además, ahora tiene que criarte.

            Kai sintió una punzada en el estómago al escuchar esas palabras, vio la cara del encargado y parecía sincero, pero no sabía que contestar, la verdad era que Kakashi no era muy viejo, pero todos se habían dado cuenta de lo mucho que se había encariñado con el niño, por lo que pensaron que dejaría su puesto por dedicarse a educarlo. Kai se despidió de él y fue directamente a donde dejó a Ushio.

            – No sabía que podías montar.

            – Kakashi me enseñó hace un par de meses.

            – Valla parece que va enserio tu entrenamiento, tal vez cuando seas grande también te conviertas en policía.

              Las palabras de Ushio se sintieron como otra punzada, jamás había pensado en su futuro, ni en lo que se convertiría, pero policía debía ser una opción poco viable al ver su pasado. En medio de sus circunstancias, se quitó esas ideas de la cabeza, para ocuparse de ellas después, estaba determinado a hacer el viaje rápidamente y regresar a Ushio a su casa, así que la ayudó a subirse al caballo y ella confesó que jamás había montado, lo primero fue que Kai se sorprendiera por el hecho de que ella no supiera montar, era extraño dado a la familia que pertenecía, pero una vez que lo asimiló, aumentó su miedo, y las probabilidades de que algo saliera muy mal.

              Salieron rápidamente, evitando los caminos principales para evitar ser vistos, Ushio había pensado en todos los detalles, ya que llevaba una capa con capucha para poder ocultarse y que no la reconocieran si se encontraban a alguien. Los tlaminis no se encontraban muy lejos de la ciudad, Kai había escuchado de Kakashi su localización, así que llegaron sin contratiempos, Kai ató el caballo para hacer el último tramo a pie y que el ruido del caballo no los delatara, pero antes de llegar a la localización del campamento, se encontraron a unas personas, Kai tomo a Ushio de la mano y se escondieron en unos arbustos, estaban lejos y no podían escuchar bien lo que decían, así que solo observaron.

              El primero era un hombre de unos 50 años, con ciertos rasgos de oriente, pero a diferencia de Ushio, era de forma muy sutil, su cabello era negro y lacio y le llegaba hasta los hombros. Su vestimenta era la común y corriente del país, no veía peligro en él, todo lo contrario, parecía una persona bastante normal, y entonces se le complicó aún más entender por qué veían a los tlaminis como un peligro. Su acompañante llevaba una capa de color café oscuro, que cubría todo su cuerpo, por lo que no alcanzaron a adivinar si era hombre o mujer, o su edad, lo único que sobresalía, era un pañuelo atado a su cuello de color rojo escarlata, un rojo muy vivo, que sobresalía entre el paisaje, el color hechizó a Ushio, y sintió nostalgia al verlo.

              – ¿Escuchaste algo? – el hombre parecía haberse percatado de su presencia, pero pudo haber sido cualquier animal del bosque, así que continuo –. Estamos seguros de que pertenece a un tlamini. Aún no lo encontramos, pero te aseguro que lo haremos, no permitiremos que ataque la ciudad.

                Alcanzaron a escuchar las palabras del hombre, pero la respuesta de su acompañante era prácticamente inaudible, pero ahora sabían que sí eran amistosos y que no tenían por qué temer de ellos. Sin embargo, aún quedaba el tema del youalli.

                Después de unos minutos sin escuchar nada a lo que le encontraran sentido, se escuchó un gran estruendo a lo lejos, siguieron algunos gritos, y el hombre volvió a hablar, esta vez mucho más fuerte, por lo que pudieron escuchar claramente sus palabras.

                – Es el youalli, creo que viene hacia aquí, tu deberías irte, con el alboroto los policías de la ciudad se acercaran, y no sería bueno que te vieran aquí, te lo prometo, acabaremos con esto.

                  Después de eso ambos se fueron corriendo, Kai sabía que debía actuar rápido, Ushio se veía asustada, y si era cierto que el youalli estaba cerca podía atacarlos. Se fueron lo más rápido que pudieron, lograron llegar al caballo, y montaron en él, pero a tan solo unos metros apareció ante ellos una criatura que jamás habían visto, debía ser el youalli que tantos problemas había dado. Era una enorme bestia, caminaba en cuatro patas y tenía colmillos enormes, pero era mucho más grande que cualquier lobo, su pelo era gris oscuro, y parecía que tenía intenciones de atacarlos. El caballo se notaba asustado, tanto como ellos, Kai estaba a punto de perder el control, pero en ese momento apareció alguien y se interpuso entre ellos y el youalli.

                  Era una mujer, con una vestimenta y apariencia parecidas a aquel hombre que vieron antes, pero mucho más joven. Ambos presenciaron la escena, el demonio fue directamente hacia ella, pero con un rápido movimiento logró clavarle su espada, y pareció como si una llamarada, lo hubiera aventado lejos del lugar.

                  – ¿Qué están haciendo aquí? ¡Váyanse! ¡Ahora!

                    Tras decirles esas palabras, el caballo salió a todo galope, y llegaron rápidamente a la ciudad. Kai tuvo razón en ir a caballo, lograron regresar sin contratiempos, por lo que nadie en casa de Ushio se daría cuenta de su pequeña aventura. Cuando llegaron al lugar cerca de los establos Kai desmontó y después ayudó a Ushio, creía que se encontraría con una niña muerta de miedo, pero se sorprendió al ver que era todo lo contrario.

                    – ¿Viste eso? Fue asombroso – Ushio se bajó la capucha y comenzó a hablar de manera muy animada –. No puedo creer que existan criaturas tan aterradoras, pero la mujer no se intimidó ante ella, fue increíble.

                    – ¿Es enserio? – Kai no daba crédito a lo que estaba escuchando, ella estaba en lo cierto, fue un gran espectáculo, pero cualquiera diría que debería estar asustada, no asombrada.

                      Después de escuchar todo el discurso, Kai regresó el caballo, para finalmente dejar a Ushio en su casa, quien aún seguía emocionada por su pequeña aventura. Al entrar Ushio se encontró con su hermana.

                      – Ushio ¿dónde estabas?

                      – Estaba con Kai, pero tu ¿por qué no estás con la abuela? – Hikari acostumbraba a pasar las tardes en el hospital, como estudiante de su abuela.

                      – Nadie está tranquilo con que tú te quedes sola en la casa, es por eso por lo que la abuela y yo decidimos que hasta que no se fueran los tlaminis, no iríamos al hospital para poder estar contigo.

                      – Pero los tlaminis son buenos, no tenemos por qué tenerles miedo.

                      – ¿Por qué dices eso? – preguntó Hikari intrigada.

                        Ushio había hablado de más, y no se le ocurría algo que justificara su comentario.

                        – Bueno… eso es lo que dicen… lo dicen las personas – Ushio debía salir rápido del aprieto antes de que se dieran cuenta –, tengo tarea que hacer adiós.

                          Esa noche Ushio soñó con los acontecimientos que vio durante la tarde, se imaginó a ella misma peleando de aquella manera, pero también soñó con aquel pañuelo rojo escarlata, y personas que jamás había visto en toda su vida.

                          – ¡Fuko! ¿Dónde estás? – el hombre corría desesperadamente buscando a su hija, hasta que salió de entre unos arbustos, parecía tener unos rasguños, pero estaba a salvo.

                          – Aquí estoy – vio a su padre, y después paso la mirada por el lugar en busca de más personas – ¿estás solo? ¿no hay nadie más?

                          – Solo estoy yo ¿Por qué preguntas?

                          – Mientras iba tras aquel youalli, pareciera que alguien lanzó un ataque de fuego, pero no fui yo – la joven se mostraba desconcertada ante lo sucedido –, recibió mucho daño, por lo que aproveche el momento para cortar su cabeza.

                          – ¿Solo estabas tú?

                          – Antes del ataque aparecieron unos niños que iban a caballo, pero parecían de la ciudad, aprovecharon el momento para escapar.

                          – Es imposible que unos niños de la ciudad pudieran utilizar magia, tal vez fue ella, estaba conmigo hace un momento.

                            Después de eso se alejaron con cuidado para poder encontrar a la persona que había atacado. Por el momento se habían librado del youalli, pero aún quedaba encontrar a la persona a quien le pertenecía, sin embargo, las autoridades de la ciudad no les dejaron seguir con su búsqueda, les exigieron alejarse para no seguir perturbando a los ciudadanos, quienes seguían inquietos con su presencia.

                            Meses después, en la capital del país, se estaban llevando a cabo una importante plática.

                            – ¡Esto es inaudito! El fuego arrasó un pueblo entero y una parte de bosque, no podemos permitir que esto continúe – un hombre hablaba coléricamente, acerca de un incidente que había tenido lugar un par de semanas atrás.

                            – Pero no tenemos pruebas, no podemos confirmar, o atacar, sin estar seguros – del otro lado de la mesa, alguien trató de calmarlo.

                            – Hasta el momento, solo se tiene registrado como un “accidente” – una tercera persona, el alcalde de Ritorufurawa, intercedió.

                            – Claro, un accidente, como es posible que esto se tenga “registrado como un accidente”, a mi parecer han sucedido “muchos accidentes” los últimos meses. Hasta el momento no han atacado una ciudad importante, pero con el hecho de obstruir un camino ya están molestando lo suficiente.

                              El hombre era el consejero del señor feudal, un hombre con muy poca paciencia, sus ojos estaban inyectados en sangre, durante muchos años se habían tenido problemas con su país vecino del norte, pero todo estaba en aparente calma, nada demasiado escandaloso, hasta que comenzaron a tener lugar diferentes eventos extraños, asesinatos, incendios, desbordamiento de presas, el señor feudal se había mantenido al margen, ya que no se habían podido confirmar o rechazar los rumores sobre quien podría estar detrás, pero la situación lo estaba llevando al límite, por lo que convocó una reunión con sus administradores, además extendió la invitación a algunos de los hombres más poderosos del país, para saber cuáles serían las acciones a tomar.

                              – Es hora de que también nosotros actuemos – por fin, Shisui Furukawa se había dispuesto a hablar, y todos los demás se callaron y dirigieron su mirada hacia él.

                              – Señor Furukawa – el señor feudal habló, después de haberse mantenido en silencio durante la reunión – ¿acaso tiene algún plan o medidas a tomar en mente?

                              – Deberíamos proceder con algo discreto, para no levantar sospechas, enviemos “algunos visitantes” con nuestros amables vecinos, y esperemos a ver si pueden averiguar algo.

                              – No considero que espiar sea lo más acertado en este momento – un hombre se dispuso a contradecirlo, pero después de que mirara a los ojos al líder de la familia Furukawa, se arrepintió de inmediato.

                              – Si consideras que atacar es la mejor opción, entonces eres un incompetente, sería mejor tener a la mano información que pueda… permitirnos actuar en defensa propia.

                              – Deben ser hombres de total confianza, hombres de Ritorufurawa, y elegidos personalmente por usted y el alcalde de la ciudad – el señor feudal era un hombre difícil de descifrar, era impredecible, pero algo era seguro, compartía la forma de pensar de Shisui Furukawa.

                                Kakashi se mostró callado la mayor parte de la reunión, formó parte en la elección de las personas que serían elegidas para tan importante misión, y también sobre las rutas y los lugares donde debían conseguir información. Creía que hablar de frente podría ser una solución más rápida y limpia, pero la confrontación diplomática no se encontraba en los planes de muchos de los que estaban presentes, quienes, al parecer, ansiaban más una confrontación militar.

                                Ushio estaba sentada alegremente en el jardín junto con su madre, era día de descanso en la escuela y generalmente se dedicaban a cuidar de las plantas y flores del jardín, era una actividad que compartían y en la que podían entretenerse por horas. Shisui Furukawa estaba en la capital, por lo que en la casa reinaba un ambiente de paz, y como tardaría varios días, Ushio aprovechó para invitar a Kai.

                                – ¿Cuánto tiempo va a pasar mi abuelo en la capital?

                                – Serán varios días – a Nadeshiko le encantaba la idea de no tener a ese hombre cerca, si por ella fuera, se podía quedar para siempre en la capital.

                                – Él y Kakashi fueron a hablar por lo que sucedió en la frontera ¿cierto?

                                – ¿Cómo la sabes?

                                – Kai me dijo, y también que han pasado muchas otras cosas, y que se le está ocultando a las personas – la pequeña Ushio hablaba sin despegar los ojos de la tierra, pero sus palabras preocupaban a su madre –, dice que si no se arreglan las cosas puede haber una guerra.

                                – Ushio, no deberías decir esas cosas, eso no va a pasar.

                                – No se le he dicho a nadie, Kai me dijo que es un secreto, que nadie debe saberlo, pero mi papá si te cuenta esas cosas a ti, ¿no?

                                – Bueno si, tu papá me ha contado algunas cosas, pero lo que dices es una exageración, por supuesto que no habrá una guerra.

                                  Nadeshiko no quería que su hija se enfrentara a la crueldad que significa una guerra, no quería ni que pensara en que podría ser una posibilidad. En esos momentos llegó Kai y se acercó a ellas, después de saludar, Nadeshiko envió a Ushio adentro para pedir que les prepararan algo de comer, y en cuanto la niña se alejó lo suficiente, Nadeshiko habló.

                                  – Ushio me contó sobre algunas cosas que tú le mencionaste.

                                  – ¿Sobre lo que fueron a hacer Kakashi y los otros a la capital? – Kai se mostró sorprendido ante la actitud defensiva, y un poco hostil de Nadeshiko, quien siempre se había mostrado muy amable.

                                  – Ella no tiene por qué saber de esos temas, es una niña, entiendo que tuviste una infancia difícil, y por eso tú puedes comprenderlo mejor, además vives con Kakashi y te habla abiertamente de eso, pero a Ushio no debes volver a decirle nada. ¿Entendido?

                                  – Claro, no quería causarle problemas.

                                  – Solo no vuelvas a hacerlo, eso es todo.

                                    Ushio regresó corriendo y mientras le explicaba a Kai todo el trabajo que solían hacer en el jardín, Nadeshiko entró a la casa. Le preocupaba de sobre manera que Ushio se enterara de los estragos que podría causar la guerra, ya era suficiente con el trauma de su secuestro, como para aumentarle algo así. Tenía esperanzas de las cosas se solucionarán de manera pacífica, porque no podría esconderle las cosas a su hija por siempre.

                                    Kakashi y los demás llegaron alrededor del mediodía, la ciudad entera esperaba que, con ellos, también llegaran buenas noticias. Al llegar su casa encontró a Kai en el comedor.

                                    – Bienvenido – Kai se mostraba alegre, ambos se habían acostumbrado a la compañía del otro, y Kakashi estuvo fuera por varios días.

                                      Después de que descansará el resto de la tarde, se sentaron a cenar, Kai tenía curiosidad por saber qué es lo que había pasado en la reunión, pero no estaba seguro si esos temas podrían hablarse fuera del selecto grupo que había ido a la capital. La conversación giro en torno a lo que había hecho esos días, y lo único que estuvo fuera de lo normal fue lo sucedido en la casa Furukawa.

                                      – Así que después de tanto tiempo por fin pudiste entrar a esa casa.

                                      – Es muy grande, por fuera no se alcanza a notar su verdadero tamaño.

                                      – La familia Furukawa es muy poderosa e influyente, resultado del poder militar obtenido en guerras pasadas – las palabras de Kakashi parecían tener un trasfondo que se escapaba al entendimiento de Kai.

                                      – ¿A qué te refieres con eso?

                                      – A veces las guerras no son por casualidad o accidente, son producto de un fin político. Cuando alguien quiere tener más poder, una guerra es un camino efectivo.

                                        Kai no quería creer que en el pasado los Furukawa habían provocado guerras para obtener su poder, o peor aún, que en el futuro podrían provocarlas para mantener su estatus o conseguir otros beneficios. Para no hacer una pregunta directa, trato de dirigir el tema hacía otro lado.

                                        – Nadeshiko me dijo que no debía volver a decirle a Ushio algo sobre la guerra, o nada que se le parezca.

                                        – No me sorprende, a veces pareciera que trata de sobreprotegerla, algo complicado en una ciudad como esta, y una familia como la de ella.

                                        – Aún si yo no le digo nada, Ushio tarde o temprano se enterará si pasa algo, especialmente por la familia a la que pertenece.

                                        – A veces se intenta desesperadamente tapar el sol con un dedo.

                                          Los días pasaron, se enviaron los espías, pero pasó mucho tiempo antes de que pudieran enviar información que pudiera ser útil. La situación no cambiaba y todo se mantenía tranquilo, incluida la casa de los Furukawa, donde todo marchaba con normalidad.

                                          – ¡No quiero!

                                          – Ushio, por favor tranquilízate – Taichi estaba lidiando con su hermana pequeña, era una linda mañana, pero Ushio estaba empezándola con un berrinche.

                                          – No puedes obligarme – estaban en la habitación de la pequeña, Taichi había ido a buscarla con la esperanza de que su hermana accediera su petición, pero sus planes se vieron frustrados.

                                          – ¿Qué es lo que pasa? – Nadeshiko apareció al escuchar los gritos de su hija.

                                          – Nadeshiko, buenos días, estaba tratando de convencer a Ushio. Tengo el día libre, y pensaba en que sería buena idea enseñar a Ushio a montar.

                                          – ¿A montar?

                                          – ¡No quiero! Mamá no tengo que hacerlo ¿verdad?

                                            Nadeshiko pudo darse cuenta del berrinche sin fundamento de su hija, pero estaba un tanto de acuerdo con ella, montar a caballo suponía un peligro, y temía por la seguridad de su hija, tanto por evitar que se lastimara, como por el hecho de que podría irse lejos si aprendía a montar.

                                            – No veo la necesidad de que aprenda, sino quiere hacerlo.

                                            – Y yo no veo el problema, todos sabemos hacerlo, incluso tu.

                                            – ¿Mamá, tú sabes montar a caballo? – por un momento Ushio se olvidó de su berrinche, al enterarse de que su madre podría hacer tal cosa, era algo que no se imaginaba.

                                            – Si, pero no muy bien, y tiene muchos años que no lo hago.

                                            – El punto es, que montar representa una ventaja, en alguna situación de peligro, para realizar viajes largos, creo que ya es tiempo de que aprenda – las palabras de Taichi solo aumentaban la desconfianza de Nadeshiko ante la idea.

                                            – No creo que alguna vez se presente una ocasión así.

                                            – ¡Ya sé! Kai sabe montar, él puede llevarme cuando sea necesario.

                                              A ninguno de los dos les parecía la idea, Kai aún no se había ganado por completo la confianza de Taichi, y Nadeshiko rechazaba la idea de que su hija se pusiera ante una situación de peligro, además, simplemente no se podía mantener a su lado, esperando por que se presentara una situación peligrosa. Al no llegar a nada después de un rato, simplemente lo dejaron para después, mientras se pensaba cual era la mejor opción.

                                              Taichi se encontró con su hermana, quien se dio cuenta rápidamente de que algo había pasado.

                                              – ¿Por qué estas tan de buen humor esta mañana?

                                              – Ushio se está volviendo demasiado… caprichosa.

                                              – Puede que tengas razón, Nadeshiko la consiente y la sobreprotege demasiado.

                                              – Es un error, no puede seguir así ¿en qué se va a convertir nuestra hermana?

                                              – No la culpo, quiere darle a su hija todo lo que ella no pudo tener, solo piénsalo, ella siendo una campesina, hija de inmigrantes, debió tener una vida difícil. Tal vez cometa algunos errores, pero ella piensa que es lo mejor.

                                              – Pues no es así, y voy a tomar cartas en el asunto.

                                                Los jóvenes Furukawa habían recibido el más estricto entrenamiento militar desde muy pequeños, incluyendo artes marciales, habilidades de rastreo, cartografía, entre otras habilidades. Pero Nadeshiko se negó a que Ushio siguiera los pasos de sus hermanos, no lo consideraba necesario. Taichi y Hikari la veían como una madre, desde el momento en que llegó los trato con mucho cariño y los había cuidado como si realmente fueran sus hijos, pero cuando se trataba de la más pequeña de la familia, solían tener muchas diferencias, donde la solución siempre implicaba que alguien debía ceder.

                                                Etiquetas: aventura magia

                                                URL de esta publicación:

                                                OPINIONES Y COMENTARIOS