Esta presión en mi pecho de querer sentir, querer intuir el siguiente paso de mi vida y querer observar desde una versión alternativa a mi ser más evolucionado.
Odio aquí y sentir que siempre estaré aquí.
Odio mi carencia de agallas y motivación.
Odio que conocí la depresión.
Y odio también que todo lo odio y que me cuesta que el odio se aleje de mi corazón.
Todo lo negativo que me caracteriza se aprecia como a todas las nubes en el cielo.
Y todo lo positivo que puedo llegar a experimentar se parece a un carnicero viendo a su alimento morir en un matadero.
Las incoherencias de la humanidad son lo que más me deprime, pero más imperdonable es permitir que todo eso me domine.
– Antares
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