Por besos de la costumbre

Por besos de la costumbre

Ema UB

13/02/2023

Su incapacidad para tener  razón le hacía discutir como un necio y gritar como un ignorante. Usted y yo sabemos que los gritos de un ignorante se comparan con los de un loco y con los locos es complicado charlar, lo único que se puede hacer es pelear.

Pelear para después ir al lecho nupcial entre frases de que le quiere y le adora. El sexo es a veces el pretexto perfecto para seguir con ese círculo vicioso en el que ella le maldice por ser un necio y él se queja con sus amigos por estar casado con una demente que no le entiende, que no le quiere y lo peor; que le pone a la suegra por encima de todo. Para todo hay un límite. En principio; para sus amigos fue gracioso. En segunda; un quejumbroso sin fin. En tercera; le recomendaron el divorcio. En cuarta, quinta, sexta; ya no importaba, escuchar las mismas quejas de siempre les había llenado las tripas de gases y cuando eso ocurre una diarrea mental provoca una diarrea real.

¿Le ama? ¿No le ama?

No sé, dígame usted, usted que está leyendo esto, acotando lo escrito con algún conocido, ese que se queja infinitamente de la esposa, pero que no se divorcia de ella, no arregla la situación, no se consigue amante o mata a la suegra. Un tipo normal que se quedó en la zona de confort; un mundo en el que tiene una esposa esperando en casa para pelear, una suegra a quien maldecir, unos amigos con las orejas dispuestas y la sabrosura de la costumbre. La costumbre, esa asesina de relaciones, amores, romances, atracciones y hasta de la intimidad. Por costumbre algunos nunca conocerán el amor y algunos nunca conocerán lo que es el orgasmo. Una vida sin orgasmos, sean mentales, carnales o pasionales es lo mismo que vivir sin vivir.

Si me preguntan a mí, les diría que los dos están locos; ella cree que tiene la razón, él cree que tiene razón, pero, ¿qué es la maldita razón?

Dar refuerzo positivo a una idea aferrándose con uñas y dientes a todo lo que los doctos hayan dicho, dejado escrito o contado como experiencia; esa es la razón, muchas verdades convertidas en mentiras por la interpretación de la mente. Obvio, porque usted y yo en esa pelea enardecida por tener la razón, buscaremos acoplar lo dicho a nuestro beneficio. Por eso se discute en la vida, por eso, no es por el amor, ni la convivencia, ni por la suegra, ni por los amigos; todo es mental, queremos imponer nuestras ideas como únicas.

Cuando todo es mental, la solución es dejar de pensar y actuar como un necio, pero como dije antes, las costumbres matan los cambios y cuando ella te besa las quejas cesan.

Etiquetas: relatos

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