7.1 Tlaminis cerca de Ritorufurawa

Ushio iba de regreso de la escuela, cuando de pronto, el grupo de niños que solía molestarla se apareció frente a ella.

– Mira nada más, a quien tenemos aquí. La pequeña protegida llorona de los Furukawa.

    A Ushio le daba miedo regresar a casa sin la compañía de Youhei, aun recordaba lo que había pasado la última vez, y a pesar de que ya había pasado más de un año, aun prefería estar acompañada, pero ese día su primo tuvo que irse con su padre. El grupo comenzaba a acercarse de manera intimidante, ella tenía miedo, y no estaba segura sobre qué hacer, pensó en correr en dirección contraria, pero eran más rápidos, por suerte, en ese momento apareció alguien más.

    – No se acerquen más – Kai se interpuso en su camino y les habló con tono amenazante.

    – ¿Y tú quién te crees para hablarnos de esa manera? – el líder del grupo le hizo frente tratando de ocultar su miedo, pero al final del día, Kai era mayor que ellos, y estaba recibiendo entrenamiento –. No eres más que un forastero que trajeron por lastima. Son tal para cual, un par de extraños, que no hacen más que ensuciar a la ciudad con su presencia.

      Ante esas palabras Kai se molestó aún más, dio un paso al frente, y al mismo tiempo el grupo retrocedió, Kai tenía intenciones de seguir avanzando, pero Ushio lo detuvo sosteniendo su mano, y al voltear a verla pudo ver su mirada llena de miedo, así que se retractó de sus planes.

      – Vámonos – tomó la mano de Ushio y se la llevó.

        Las palabras del niño daban vueltas en su cabeza, a pesar de que comenzaban a aceptarlo en el vecindario, algunas personas insistían en hacerlo sentir rechazado, un marginado, como si su origen no fuera digno de respeto, y sus esfuerzos por ser parte de la sociedad no fueran suficientes. Una de esas personas era el abuelo de Ushio, el líder de la familia Furukawa había cedido a regañadientes que Kai pudiera salir libremente a las calles, sin embargo, no debía cruzarse en su camino por ningún motivo, así que el niño aprendió sus itinerarios, pero a pesar de eso debía estar muy atento.

        – Kai, espera – por la avalancha de emociones no se había dado cuenta de que iban muy rápido y Ushio no podía mantener su paso.

        – Lo siento – soltó su mano y bajó la mirada.

        – No deberías preocuparte por ellos, solo son unos tontos, que se sienten intimidados por algo que no comprenden

          Kai la miró sin entender lo que estaba diciendo Ushio.

          – Eso dice mi mamá – agregó Ushio encogiéndose de hombros.

            Después de eso prosiguieron su camino, Ushio solía ser quien hablaba más, y mientras ella relataba lo que había pasado en su día, Kai se detuvo al dar la vuelta en la esquina, donde se encontraba la casa de Kakashi, era lo más lejos que podía dejarla sin que corriera el riesgo de encontrarse con Shisui Furukawa.

            – Veré que llegues desde aquí

            – Nunca has ido a mi casa ¿cierto? – ambos veían la casa a lo lejos.

            – No creo ser bien recibido.

            – Sabes, tenía algo de miedo

              Kai no sabía a lo que se refería, así que la escuchó.

              – La última vez que Youhei no pudo acompañarme a casa, ocurrió aquel incidente donde nos conocimos.

                Habían pasado muchas cosas desde aquel invierno en el que su padre había secuestrado a Ushio, pudo ver a través de su fleco, la cicatriz en su frente, y sintió culpa, como si aquel suceso hubiera pasado un día antes.

                – Valla que sorpresa encontrarme con ustedes dos – los saludó Kakashi.

                – Buenas tardes.

                – Hola pequeña Ushio – Kakashi apareció con su uniforme de la policía.

                – Qué raro verte uniformado – le dijo Kai, observándolo.

                – Bueno, eso es debido a ciertos eventos que están teniendo lugar a las afueras de la ciudad.

                – ¿Qué está sucediendo? – preguntó Ushio.

                – Eso es algo que no les concierne a ustedes.

                  Ante la respuesta de Kakashi Ushio se decepcionó, mientras que Kai se sintió aliviado ante el cambio de tema en la conversación.

                  – Pero no creo que este mal que se los diga, hace un par de días, un grupo de cazadores de demonios, o tlaminis, instaló un campamento a unos pocos kilómetros de las afueras de la ciudad, parece que son amistosos, no han querido decir cuáles son sus intenciones, y dejaron muy en claro que no tiene nada que ver con la ciudad y sus habitantes, pero por si acaso se ha decidido doblar la seguridad, y eso me lleva a ti – Kakashi señaló a Kai.

                  – ¿A mí? ¿Yo que tengo que ver?

                  – Nada, pero necesitare que hagas de escolta de la pequeña Ushio y su primo Youhei en sus viajes a la escuela, esto solo es una medida exagerada.

                  – ¿Es necesario que alguien nos escolte? – preguntó Ushio – ¿esas personas son peligrosas?

                  – No son peligrosas, nunca se han tenido problemas con tlaminis, pero se regulan por sus propias leyes, es por eso por lo que tu padre solicitó que se les escoltará, pero para evitar que se sientan hostigados y que se emplee personal que se necesita en otras áreas, yo propuse que fuera Kai quien se encargará de la tarea.

                    Ushio le dedico una tierna sonrisa a Kai, al momento Nadeshiko salió de su casa y llamó a Ushio, ella se despidió, y se fue corriendo para llegar con su madre. Después de eso, Kakashi y Kai también entraron a su hogar; mientras preparaban la comida, Kai comenzó a hablar.

                    – ¿Cómo es que aceptaron que yo cuidara de los niños Furukawa?

                    – Pues digamos que tengo un gran poder de convencimiento, además tengo mucho poder sobre el departamento de policía.

                    – Pero, aun así, no soy aceptado en la ciudad.

                    – Las personas comienzan a verte como un miembro de la sociedad, y esta es una forma en que te acepten, puede que sea una tarea pequeña, pero significativa.

                    – ¿Por qué insistes tanto en que sea aceptado? – Kai parecía decepcionado de sí mismo, desde antes de llevar a cabo su tarea, no comprendía por que Kakashi se esforzaba tanto por él.

                    – La respuesta es muy sencilla – Kakashi puso su mano sobre el hombro de Kai –, eso es porque te veo como si fueras mi propio hijo – Kai lo vio a los ojos y pudo notar que era realmente sincero –. A cambio no pienso pedirte que me consideres como a tu padre, pero si espero que puedas llegar a confiar en mí, y, sobre todo, que confíes en ti mismo.

                      Después de esas palabras Kakashi siguió con lo que había dejado, y Kai se volteó para que no pudiera verlo mientras se limpiaba un par de lágrimas con su manga. Después de comer Kakashi tuvo que irse de nuevo, era raro que pasará tanto tiempo fuera de casa, pero los forasteros tenían muy inquieta a la ciudad.

                      – No estoy seguro de a qué hora volveré, puede que sea un poco tarde, pero tu asegúrate de dormir temprano, los niños Furukawa se van temprano a la escuela.

                        Kakashi salió de casa y llegó muy tarde por la noche, por lo que Kai ya no pudo verlo ese día, era la primera vez, desde que había llegado, que cenaba y se iba a acostar solo, la casa se sentía un poco extraña.

                        Una vez que Ushio y su mamá estuvieron adentro, ella comenzó a hablarle sobre lo que acababa de escuchar, la niña se mostraba intrigada, pero Nadeshiko no estaba contenta con el hecho de que su hija estuviera al tanto de lo que pasaba. Pensó en recriminarle a Kakashi el hecho de que le dijera todo de manera tan abierta, era un asunto delicado, y ella hubiera preferido que su hija no se enterara en lo absoluto.

                        – Mamá ¿qué son los tlaminis?

                        – Ellos son… personas que cazan youallis.

                        – Yoa… yual…

                        – Youallis – le corrigió tranquilamente su mamá –, son criaturas que causan problemas.

                        – ¿Y cómo son?

                        – No tienen una forma definida, cada uno es diferente, pero es muy común que se parezcan a animales de todo tipo.

                          Ushio se quedó pensativa, en la escuela se les había enseñado sobre Iztlan, su magia, y algunos aspectos que debían tomar en cuenta. En el lejano país del otro lado del mar, los tlaminis pertenecían a instituciones organizadas dependientes del gobierno, pero en Taiyama, así como los demás países de Umide, donde los youallis no aparecían con frecuencia, los tlaminis eran grupos nómadas, que viajaban de un lado a otro. La mayoría eran descendientes de habitantes de Iztlan, que por generaciones habían guardado y conservado celosamente la magia.

                          – ¿Y entonces los tlaminis están protegiendo la ciudad? – preguntó Ushio.

                          – Así es, ese es su trabajo – le respondió su madre -, y en cuanto solucionen el problema se irán a donde los necesiten.

                          – Deben ser muy valientes.

                          – Y lo son, además de fuertes, pero son algo cerrados, no aceptan que extraños se acerquen.

                          – Entonces ¿no entraran a la ciudad?

                          – Seguramente no.

                            La pequeña quería seguir haciendo preguntas sobre los tlaminis, la situación la intrigaba más a cada instante, pero su madre cambio el tema de conversación, y después de comer la envió a hacer su tarea. Aquel día su hermano y su papá llegaron muy tarde, ya que también se encontraban involucrados en el asunto, había pasado mucho tiempo desde que se habían suscitado problemas con los tlaminis o youallis en la ciudad, y preferían estar alertas.

                            Había decidido dormir temprano, pero las palabras de Kakashi daban vueltas en su cabeza, y sus planes se vieron frustrados, por lo que a la mañana siguiente despertó de un salto por lo tarde que era, se vistió rápidamente y noto que Kakashi no estaba, debió de haber salido muy temprano por la mañana. Estaba preocupado por la hora, pero al salir de la casa no había nadie en la calle, su corazón se alivió al ver que un somnoliento Youhei salía de su casa, comenzó a caminar en dirección a Kai, y casi al mismo tiempo Ushio apareció.

                            – Buenos días – Youhei lo saludó entre hablando y bostezando, y en ese momento alguien lo sorprendió con un golpe en la cabeza – ¡Auu!

                            – Buenos días – Ushio llegó, primero sonrió a Kai y luego procedió a regañar a su primo –. No entiendo cómo es que puedes salir todos los días más dormido que despierto.

                              Youhei solo se encogió de hombros, y comenzaron su camino a la escuela, era extraño escucharlos hablar sobre la escuela, sus compañeros y todo lo que implicaba, y parecía que ellos no notaban el ambiente que se podía sentir en la ciudad, más policías en las calles, las personas con un semblante de preocupación en el rostro, incluso las calles estaban menos concurridas de lo habitual. Pero ellos llegaron sin contratiempos a su destino, se despidieron y Kai les prometió que llegaría antes de que salieran de la escuela.

                              Kai llegó a su casa y se encontró con Kakashi en la cocina.

                              – Buenos días – saludó alegremente a Kai.

                              – ¿Estabas aquí? Cuando me fui… Yo creí que no estabas.

                              – Así era, regrese hace unos momentos, y me iré nuevamente por la tarde.

                              – Ya veo, entonces ¿los tlaminis les están dando problemas? – Kai tenía miedo de que los forasteros dieran problemas dentro de la ciudad, porque no sería capaz de hacerles frente.

                              – Todo lo contrario, el día de ayer hablamos hasta tarde con ellos, no tienen intención alguna de entrar a la ciudad, están aquí porque alguien les advirtió sobre la presencia de youallis cerca de la zona, es por eso por lo que están aquí.

                              – ¿Youallis? – eso era aún peor que su primera suposición –, jamás he visto uno, dicen que son terribles, que no tienen conciencia y solo matan sin pensar.

                              – Yo me encontré con uno en mi juventud, tendría unos 15 años, era todo lo que sabes, y mucho más – el miedo en Kai aumentaba con las palabras de Kakashi –, pero no debes preocuparte, los tlaminis se encargaran, en pocos días el asunto estará solucionado, tu solo encárgate de cumplir con tu misión.

                                Ushio y Youhei entraron al salón, y el único tema de conversación entre todos los niños era la llegada de los forasteros.

                                – Están muy cerca de aquí, seguro que atacan el día que menos lo esperemos.

                                – Claro que no, debe haber youallis por algún lugar y es por eso por lo que están aquí.

                                – Entonces los youallis pueden aparecer dentro de la ciudad en cualquier momento, tal vez incluso, aquí, en la escuela.

                                  Los niños no paraban de hablar del tema, las teorías no dejaban de aparecer, y cada vez se les veía más emocionados o asustados. Ushio y Youhei llegaron con Tomoyo y Gohan que también estaban hablando al respecto.

                                  – ¿Ustedes saben algo? – les preguntó Gohan.

                                  – Sabemos tanto como los demás – Youhei le respondió y Ushio solo se limitó a negar con la cabeza.

                                  – Los adultos parecen un poco conmocionados, me pregunto qué querrán esos tlaminis – Gohan continúo hablando –, incluso mi padre se ha enterado de la situación, y ha ordenado que un guardia mi acompañe ¿a ustedes les han puesto vigilancia?

                                  – Yo no tengo problema porque de todas formas mi hermano me acompaña – respondió Tomoyo.

                                  – A nosotros nos acompañara Kai – añadió Ushio.

                                  – ¿Kai? ¿Quién es él? – preguntó Gohan.

                                  – Es un niño que estuvo involucrado en el secuestro de Ushio de hace un año – Youhei estaba a punto de dar una detalla explicación, pero Ushio lo interrumpió con una patada – ¡Auuu! Ushio vas a matarme un día de estos.

                                    Cuando Gohan llegó a la ciudad se había enterado de que Ushio no estaba en la escuela por un incidente en el que ella, y sus papás estuvieron involucrados, pero jamás obtuvo una explicación, en principio porque, al no conocerla, no hizo demasiadas preguntas, y no conocía a muchas personas por lo que de todas formas no hubiera podido obtener mucha información.

                                    – ¿Secuestrada? ¿Ushio tu…?

                                    – No tiene importancia eso – Ushio no quería hablar del tema, no era un buen recuerdo y no era fácil afrontar la situación –, Kai es un amigo que es entrenado por Kakashi, él tiene un puesto importante en el departamento de policía, por eso le dio la tarea de escoltarnos.

                                      En ese momento la maestra entró, y antes de comenzar la clase les dio instrucciones a los niños para que no se acercaran a los tlaminis, y que se fueran directamente a sus casas después de la escuela, estaba prohibido que los niños estuvieran en las calles hasta que los cazadores se fueran.

                                      Por la noche, Yamato y Taichi Furukawa llegaron a su casa, más tarde que de costumbre.

                                      – ¡Papá! – Ushio lo recibió con un gran abrazo como cada día.

                                      – Hola Ushio, ¿Qué tal tu día?

                                      – Bien… Papá todos en la escuela hablan sobre los tlaminis, ¿tú has visto a esas personas? – mientras Ushio hablaba Nadeshiko apareció y Yamato le dirigió una mirada fría, y Ushio pudo darse cuenta – ¿papá? ¿estás enojado con mi mamá?

                                      – Claro que no pequeña, pero porque no vas a tu cuarto, Taichi, también debes ir a descansar mañana también nos espera un día pesado.

                                      – Claro padre, Nadeshiko, buenas noches.

                                        Taichi se acercó a su hermana menor para que ambos subieran a descansar, mientras Nadeshiko se despidió de ambos antes de que se fueran, y comprendió que su esposo tenía un asunto muy serio por resolver con ella.

                                        – Vallamos a un lugar en el que no puedan escucharnos – Yamato siempre había sido un hombre amable y gentil, pero los acontecimientos de los últimos días lo tenían muy presionado e irritado, llegaron al jardín, lo más lejos posible de la casa para que nadie los escuchara –. Supongo que estás al tanto de lo que está sucediendo a las afueras de la ciudad.

                                        – No se habla de otra cosa, y Kakashi me dio algunos detalles por la tarde – Nadeshiko estaba igual de tensa ante la situación.

                                        – Nos dijeron que ellos no se dieron cuenta, se encontraban muy lejos de aquí, pero alguien les dio aviso y vinieron de inmediato – no obtuvo respuesta por parte de su esposa así que continuo –. Están especialmente preocupados, siguen sintiendo la presencia de youallis, pero no los han logrado encontrar, por lo que es posible que pertenezcan a alguien, esa sería una situación bastante peligrosa.

                                        – Estoy consciente de eso, es por eso por lo que confío en ustedes, y el grupo de tlaminis para que controlen la situación – después de eso emprendió el camino hacia la casa.

                                        – Espero que no tengas nada que ver, ni con los youallis que han aparecido, ni con el aviso que fue enviado.

                                          Ella no respondió, ni siquiera miró a Yamato, continuo sin detenerse hasta entrar de nuevo, y al subir las escaleras, para ir a su habitación se encontró con Ushio.

                                          – ¿Mamá?

                                          – Ushio ya deberías de prepararte para ir a dormir.

                                          – ¿Tú y papá estaban peleando? – los niños pueden llegar a ser muy perceptivos, y Ushio los observó desde la ventana, a pesar de que no alcanzaba a escuchar nada, pudo leer a través de su comportamiento.

                                          – Claro que no, es solo la tensión que hay por la situación con los tlaminis, pero todo está en orden.

                                          – Mamá, ¿los tlaminis son malos, quieren hacernos daño?

                                            Nadeshiko sintió una punzada en el estómago ante las preguntas de su hija.

                                            – Claro que no, todo lo contrario, ya te lo expliqué el día de ayer, están aquí para proteger la ciudad, después se irán.

                                            – ¿Entonces por qué todos están tan preocupados? ¿Por qué papá esta tan enojado?

                                            – Solo es porque es un poco inusual, los youallis son criaturas… con las que se debe tener mucho cuidado y precaución.

                                            – ¿Entonces los youallis nos van a atacar? – el miedo podía verse reflejado en sus ojos, y Nadeshiko no sabía que decirle, pero debía calmar a su hija antes de que sus pesadillas regresaran.

                                            – No claro que no, escucha, tu no debes preocuparte por nada, tu padre, la policía y los cazadores se encargaran de todo, ahora vamos para que te ayude a prepararte para dormir.

                                              Ushio no dejó de preocuparse aún con las palabras de su madre, no entendía que estaba pasando, pero algo más surgió en su interior esa noche, una ráfaga de preguntas cruzó su mente, si los tlaminis no son malas personas, ¿porque no son bien recibidos? ¿cómo son los youallis? ¿qué es lo que tanto temen todos los adultos? Solo había una forma de responder sus preguntas, y sabía perfectamente a quien pedirle ayuda.

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