Botón de pánico

Estaba en una misión de reconocimiento en otra realidad. Era de día el lugar era desértico presentaba una planicie bastante extensa, no había rastros de vegetación, no había edificios, ni automóviles, nada que se le pareciera a una ciudad. Desde lejos se apreciaban los cerros. Al ir caminando había casas o eso por lo menos creía, porque estaban hechas con pedazos de maderas con piedras, telas incluso se veían casas en ruinas, estaban lejos entre sí. Pude ver personas, pero miraban desde sus casas a la forastera, se percibía mucha pobreza. Cuando estaba a punto de entrar a una de las casas se acercó una pequeña niña con un vestido de flores como de seis años de cabello oscuro muy corto de tez blanca con algunas pecas y descalza, estaba riendo de pronto se echa a llorar, me detuve la miré:

— ¿Te pasó algo?

— Es que es mi casa y tú no me has pedido permiso para entrar.

Retrocedí unos pasos.

— ¿Puedo entrar a tú casa?

Cambio rápidamente su cara

—¡Sí!—Con una gran sonrisa.

Al entrar a la casa estaba en ruinas y en mal estado, parchada con diferentes materiales, la niña iba dando saltos alrededor mío al mismo tiempo que jugaba con su vestido. Después se puso delante de mí y siguió caminando y dando brincos. La seguí, observaba la casa no vi a ningún adulto. A medida que me adentraba más a la casa se iba oscureciendo. Escuché que ella iba cantando, me llamo la atención trataba de oírla, pero no podía. Me acerqué más a ella la tonada decía los extraterrestres están aquí ¿Por qué cantaría algo como eso? Repetía una y otra vez lo mismo mientras caminaba muy animada. Ella detuvo su marcha se apoyó en la pared y luego se agachó, después de unos segundos ella entrelaza sus manos y sus ojos cambiaron y no me refiero de color ni nada. Su mirada era espantosa, para nada era una mirada de una niña no recuerdo haber tenido tanto terror. El impacto de sus ojos fue tremendo y más cuando sonrió, recién me pude dar cuenta que no era una niña, sino otra cosa. No me podía mover ni siquiera pestañear todo lo que había aprendido para defenderme, se me había olvidado. El golpe energético que direcciono a mis chacras fue contundente ¡Madre mía! Es que no podía hacer nada, hasta aquí llegué. Mi mano derecha se levantó sola, no sé cómo golpeó fuertemente mi hombro izquierdo sentí algo muy extraño estaba en mi cuerpo otra vez en casa. Me senté rápidamente en mi cama, estuve tiritando por más de media hora. La espalda la tenía congelada, no me podía sacar ese golpe energético que este ser me había disparado, es que fue tremendo. Apliqué mis herramientas para poder tranquilizarme entre ellas respiraciones por la nariz y botaba por la boca. Miré la hora 5: 23 de la mañana, fue imposible dormir. Es que me salvé por poco, este ser que no era una niña solo usaba un camuflaje, no era un Draco lejos peor que eso mucho más fuerte que yo. Lo único que saqué en conclusión era dos cosas una era que me salvé por poco y tenía un botón de pánico en caso de emergencia, lo peor que me engaño escondió su energía que era muy densa que no pude percibir, eso era peligroso para mí, ya que era una de mis capacidades psíquicas, no sé por qué falló. Esta sensación de terror me duro más de tres días y trabajando sobre todos mis chacras tanto los principales y secundarios para poder reponerme. Espero no toparme más con este ser, en todo caso lo anoté en mi bitácora de viajes.