¿En blanco y negro… en color? Ese punto de duda y locura nos llena de virtud, realza nuestras virtudes. Y porque, Querido Mío, debemos admitir que Soy Tu Mejor Espectáculo y tú Mi Mejor Espectador.

Quiero hacerte y hacer, cuando me inundas como una ola y te navego. Ejerzo el control para luego dejarme llevar completamente hasta perderme en ti.

¡Ven! Ahora… respírame cerquita! Pero sssh… no digas nada… voy camino a perderme en nuestro trance… una vez más, y otra, y otra… y otra!

Si pudiéramos escucharnos… así tal cual sonamos, nos parecerá que nunca tenemos suficiente. Solo sabemos ser fuego y mar picado… y cuando mi rojo se vuelve tu azul, sin darnos cuenta, no cabemos en esta extensa cama, no nos alcanza… ya no nos llega.

Y es que, Querido Mío, nos volvimos adictos, estamos enganchados a esta vorágine de emociones, deseo y vicio sin límites. Sin embargo, te diré que de todos (y son muchos)… recuerdo un día juntos con especial morbo… y ese día, aún no ocurrió.

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