Personaje secundario

Ella y yo somos como el sol y la luna, jamás estaremos lo suficientemente cerca como para entablar algo más allá que no sea una amistad.

Yo soy un ser caótico, capaz de dañar a todo aquél que se me acerque demasiado, sea o no algo que planee, es un mecanismo de defensa que trae consigo la desventaja que hay, la soledad eterna.

Ella es una hermosa luna, con una cara oculta que jamás da a conocer, está llena de cráteres, que al igual que la hacen única también muestran todas las batallas internas y externas por las que ha pasado.

Ambos tan distintos pero a la vez tan parecidos, con un solo objetivo, alumbrar el camino de los demás, yo de día, ofrezco calor, luz, ayudo a quien pueda, tratando de iluminar aquellas vidas de quien han sido cegadas por la oscuridad.

Mientras yo tan solo puedo alumbrar para que se guíen por su cuenta, ella los guía alumbrando sus caminos también, tal vez su luz sea mas tenue, pero quién la sigue sabe que no se perderá y que anda por un buen camino.

Eso siempre fue un factor que me atrajo de ella, solo nos podemos encontrar contadas veces en un espacio de tiempo que no dura lo suficiente a mi parecer, pero siempre que ocurren lo eclipses aprovecho para hablar con la dueña de mi corazón, aunque no sabe que lo es, puesto que aun siendo almas gemelas nuestro destino es estar separados hasta la eternidad, ella encontró a alguien sobre quien poder orbitar, según Marte se llamaba Tierra, yo solo podía observar aquella relación en la distancia, en el fondo me dolió pero siempre supe que ella encontraría a alguien que si la completase y fuera lo que buscara, estoy feliz por ella, y aunque la llave de su corazón tenga dueña sabe que siempre la esperaré, por si algún día me necesita, mientras la ayudaré en silencio y en la lejanía.