Frente a todo pronóstico, el cambio de una sola pieza es necesario.
Cuando alcanzas lo que crees anhelado con anterioridad, llegas a ese punto del camino en el que estás seguro de lo que se hacía, en esta ocasión no, y era precisamente esto lo que empieza a ocasionar cierta inseguridad en tu proceder.
Al inicio, tener una vida tranquila es lo anhelado o lo que la mayor parte de personas a tu alrededor te hace pensar. Esa vida llena de confort, de pronto se vuelve rutina y no hay nada que explotara tus habilidades profesionales o personales. Misma hora para despertarse, casi la misma comida, amigos que ver los fines de semana y ningún lugar nuevo que descubrir. Pero, ¿de qué comienzo se está hablando?.
¡Sí!, Ese mismo. Justo el que acabas de pensar. El inicio que no le da un giro a la vida y hace que te sientas conforme con lo que va llegando. Sin querer llegas a formar parte de ese gran grupo que no les gusta en dónde están y lo que tienen. Esos que sacan sus reservas de excusas para justificar lo que sucede en su día a día.
Luego llega un perezoso y anhelado suspiro y la típica frase de decir «si Dios quiere». Algo masoquista que te lleva a quedarte en donde estás. Pero nunca es tarde para moverse, de cambiar esa manera limitante de pensar y no llegar a ese punto de frustración y querer volver el tiempo atrás.
Todo, absolutamente todo lo que pasa puede hacer que eches de menos a quien fuiste. Claro está que eres el producto de las decisiones que tomas y de las que no. Ahí es donde el tiempo te sorprende haciendo aquello que no querías. Tener una vida monótona. Y tus pensamientos empiezan hacer de las suyas, evidenciando con cada cosa que sucede alrededor que no tienes un futuro. Eso es lo peor que puede pasarte.
Y llega uno y otro día, y la frase que lees en algún lado dice claramente: «llegaras a ser aquello en lo que piensas la mayor parte del tiempo». Eso te dan ganas de resetear tu mente justo cuando empiezan a llegar esos pensamientos de debilidad y cobardía para seguir. A cada instante llegan nuevos pensamientos, y soltar lo que no te ayuda se escribe y lee tan fácil, pero hay que ponerlo en práctica y seguro con el tiempo sale bien. Si lo intentas no tienes nada que perder.
En tus manos, o mejor dicho en tu mente, está cambiar el rumbo de esa vida que parece tener poco color y sabor para ser vivida. Seguro con el tiempo te podrías sorprender con lo que llegues hacer. Pero si no te atreves a hacerlo, nadie sabrá cuáles eran las respuestas para todas esas preguntas que te trae pensar en un futuro lleno de pasado.
Porque es cierto, el problema eres tú. Ese tú del pasado que quiere condenar a ese tú del futuro. Te vuelves loco queriendo ser un asesino en serie de pensamientos mal canalizados. Y llegar al punto de tener una plática con tú yo interno y decirle claramente que debe dejar de mentirse y jugar con todas las cartas que dispone y dejar de hacer las mismas jugadas en las que se apuesta cruz y hay dos caras, es trabajo para ayer.
Aprender a perder es más que necesario. No cosas materiales, porque esas cosas van y vienen, perder pensamientos pesimistas, limitantes y hasta cierto punto sin sentido es algo vital. Nadie sabe que pasara mañana por tu cabeza, pero todo está a la vuelta de una decisión. Esa que puede poner tu mundo al revés. Esa que te lleva a dejar las dudas atrás y estar preso de ti mismo. Hallar la solución para despedirte de tu antiguo yo, de pronto puede ser confuso, pero aunque decidir aquello esté jodido, hay cosas que se deben hacer realidad. Cambiar de planes que te lleven hacer las maletas que quedaron incompletas.
Hoy es un nuevo día para tener un pasado, así no haya futuro. Es lo mejor que puede suceder, y mucho mejor si se acompaña con esas canciones que tanto disfrutas de cantar mientras cocinas, te bañas, caminas o conduces. Podrías parecer un loco, pero te aseguro que este mundo puede ser el mejor manicomio si te lo propones.
Quizás no funcione lo que yo mismo escribo para mí, pero me agrada la idea de pensar que por segundos que cambio de pensamientos sea capaz de modificar años de mi existencia.
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