Todo aquello que era mío lo perdí

cambie al hombre ejemplar por un canalla

que fallando a mi palabra más me hundí

y gane por ser infiel varias medallas.

En los bares fui perdiendo mi valía

fornicando sin piedad con los excesos

desangrando en mi interior melancolía

insolente hoy lo plasmo en estos versos.

Perdí tinta, el papel y mi quizás,

y rayando las paredes de los baños

pude así sobrevivir un poco más.

Al cambiar mi gran amor y mi guitarra

el silencio a mis oídos revivió,

perdí todo; mas no incluyas este trago de la barra.

Ángel Ríos 

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