I capitulo
Rojo sangre
Quien diría que leer seria mi perdición; mi pensamiento no es muy mundano si lo ponemos desde una perspectiva capitalista, pero es semejante, soy egoísta y avariciosa, una sonrisa es muy característica mía, pero mis sentimientos y emociones son controlados de tal forma que muy pocas veces se escapan de mi percepción, incluso las personas que los han visto son tan pocas que podrían ser contadas con ambas manos, en especial en mis 28 años de vida.
Oh, el estudio, es algo fundamental de mí, lo cual no es tanto por obligación sino por vocación, pero una persona con estas características ¿qué trabajo o profesión escogería?, je, solamente la menos inesperada, la educación, algo realmente innovador con alguien que solo muestra una sonrisa inclusive en los momentos más difíciles, y lo único que en verdad motiva es el dinero, además de la satisfacción propia de mi egocentrismo.
Muchos me han criticado por la forma de mis métodos, en especial por mis palabras rudas o sin consideración pero en verdad no ven mi visión, no ven lo que veo, tan solo consideren un poco más mis palabras; mi agenda es tan ocupada que el tiempo dedicado a mi familia es muy poca, por decir nula, pero aun así me agrada, pase gran tiempo dedicándoles mi vida pero en este momento no son necesarios y en especial cuando no tengo una forma de mostrar mis sentimientos, después de todo es por mi crianza, la de que mis padres y hermanos pensaran que no hay necesidad de hablar de nuestros problemas, fue cuando a través de la preparación académica que todo esto sale a luz.
Cada pensamiento de mi infancia, niñez, adolescencia y adultez hasta la actualidad es realmente solitario, llegando a mostrar mi capacidad de solucionar mis problemas en soledad y con solo mis pensamientos, por lo cual la lectura se volvió de un disfrute a una adicción.
Cada noche se volvió algo interesante e inesperado, pero aun así no debió ser motivo de mi actualidad. Pienso que mi cordura se ha ido pero el dolor físico además de los que puedo percibir me hace pensar en la realidad y la fantasía, inclusive en la locura.
A través de las rejas escucho un gruñido a mi lado sin olvidar el hedor que proviene de mí y de mi compañero de celda, sin olvidar que hasta este momento mis pensamientos están roídos por mi ansiedad e inseguridad, mi cordura está básicamente colgando de un hilo.
-¡BAM!
Cuando escucho que la puerta de hierro se estrella contra la reja conmocionándome y dejando a mi cuerpo temblando, es allí cuando veo a un hombre con sobrepeso, además de muy peludo cargando un balde con carne la cual expide un olor realmente repugnante, llegando a ser insoportable, pero aun así solamente pude llevar las manos a mi boca y aguantar la respiración; el hombre vació la carne en un comedero de animales contra la reja, luego suelta una risotada volteándose para luego irse cerrando con fuerza la puerta.
En ese instante un joven se acerca y su cabeza traspasa las rejas bajándola para comenzar a comer como un animal, sus masticadas se escuchan con claridad además de ser realmente escalofriante, es una vista impactante, sin olvidar que básicamente estoy en la misma situación que él, aun así, escalofríos recorren mi espalda dejándome fría.
En cuestión de minutos deja el comedero limpio, o bueno lo que se podría hacer, esta imagen no la puedo sacar de mi mente, cuando termina se levanta de forma erguida dejando ver un cuerpo realmente grande, pero lo más impactante son sus ojos rojos, jamás en mi vida había visto ese tipo de ojos, aquellos que te generan miedo, un rojo sangre, de hecho, ese sería el color más acertado para esta ocasión.
Cuando su boca se abrió dejo escapar un rugido estremecedor dejando a la vista unos colmillos los cuales goteaban un extraño líquido rojo, en ese momento su lengua pasa por ellos limpiándola y mostrando una expresión de satisfacción.
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