Me has robado los pensamientos desde aquel momento,
cuando tus labios se unieron a los míos,
con la ternura y pasión que emanan esos besos tuyos.
Me has robado el aliento,
piel, mente, alma, corazón
para volverlo tuyo sin siquiera pedirlo,
de una forma tan inesperada y hermosa.
A cambio de tal hurto,
me has llenado de amor y canciones,
de música nueva el corazón.
Me has otorgado el placer de amarte,
de existir, de ser a tu lado.
Mi corazón está en llamas desde tu llegada.
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